NUEVA DELHI, miércoles 17 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Lejos de remitir, los actos de violencia contra los cristianos se han extendido a otros estados indios, según informa la Conferencia Episcopal Católica India (CBCI).
El pasado domingo, varias iglesias y centros de culto cristianos fueron atacados en Mangalore, Udupi y Belthangady (Karnataka), presuntamente a manos de activistas del Bajrang Dal. En la capilla católica de Milagres un Crucifijo y una imagen de san José fueron hechas pedazos.
En total, 13 centros recibieron ataques, de los cuales 4 católicos, y varios fieles, entre ellos mujeres y niños, fueron golpeados por los asaltantes. En esta ocasión, en el punto de mira han estado especialmente las iglesias pentecostales, a quienes el Bajrang Dal acusa de promover las conversiones.
Se trata de los ataques más graves registrados en los últimos días tras la tragedia de Orissa. Siete personas, incluyendo a dos pastores protestantes y una monja católica, han recibido heridas de distinta consideración.
Pocas horas después de conocerse los ataques, miles de cristianos se manifestaron en protesta en Mangalore, cortando varias carreteras, incluyendo la autopista 17, siendo brutalmente reprimidos por la policía.
En Madhya Pradesh, la iglesia Masihi Mandir, perteneciente a la Iglesia del Norte de la India (protestante) fue atacada y quemada el pasado sábado.
Según afirmó a la agencia Asianews, el portavoz de la diócesis de Cuttack-Bhubaneshwar, el sacerdote Dibyasingh Parichha, el pasado domingo "fueron incendiadas 12 casas de cristianos en el pueblo de Makabali, más otras dos en Debari y Murudikupuda. El lunes fue asesinado un cristiano cerca de Raikia".
También en el vecino estado del Kerala, en el distrito de Kasargode, se ha registrado un asalto contra un asilo católico durante la noche del 14 al 15 de septiembre.
Por otro lado, en el epicentro de la violencia, el estado de Orissa, continúan los ataques. El reverendo Patnayak, del Orissa Missionary Movement, denunció que la noche del sábado varias iglesias ardieron en Anchhla, Borigumma y Koraput.
Los obispos católicos han condenado los ataques en Karnataka, en una nota emitida por la CBCI y firmada por el portavoz, Babu Joseph, y piden a las autoridades que hagan lo posible por detener la violencia.
El presidente de la Conferencia, cardenal Varkey Vithayathil, expresó su dolor y estupor por los ataques contra los cristianos, y afirmó que éstos "son la manifestación de la creciente intolerancia de ciertos sectores de la sociedad, que desafían descaradamente los derechos constitucionales de los ciudadanos de este país".
"Les pedimos que desistan de provocar a las minorías cristianas y que sigan un camino de diálogo y dignidad a la hora de abordar las cuestiones sociales, religiosas y políticas".
Los obispos insisten en que los ataques no habían recibido provocación: "la comunidad cristiana se ha comportado hasta ahora de forma pacífica, incluso en situaciones de extrema provocación. Esto no debe entenderse como debilidad, sino como opción preferencial por los principios de una convivencia civilizada".
Rechazan también las acusaciones de proselitismo, ya que, insisten, la comunidad cristiana "continúa ofreciendo sus servicios a todos los sectores de la sociedad india sin discriminación alguna".
"Las acusaciones infundadas de conversiones fraudulentas se deben a los intereses de grupos empeñados en polarizar a la sociedad según sus creencias religiosas. Nosotros, como ciudadanos responsables de la India, no sucumbiremos a estas tácticas que buscan la división", añaden los obispos.
Por otro lado, el arzobispo de Bangalore, monseñor Bernard Moras, en su nota de condena de los ataques, hizo un llamamiento a la unidad de los cristianos en estos momentos.
"Ha llegado el momento de que los cristianos se unan y crezcan en fuerza", afirmó.
Por Inma Álvarez