Reconciliación con los valdenses bajo el signo de María

En la “pequeña Lourdes” de Calabria tendrá lugar el XXIV Simposio Internacional de Mariología

Share this Entry

ROMA, viernes, 26 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Del 28 al 30 de septiembre próximos tendrá lugar, en el Santuario de Santa Maria delle Grazie en Torre Ruggiero, el XXIV Simposio Internacional de Mariología con el tema «María, signo y modelo de la nueva humanidad reconciliada en Cristo».

En el ámbito de los trabajos del simposio se propondrá, entre otras cosas, un gesto de reconciliación con los cristianos de la Iglesia evangélica valdense.

En declaraciones a ZENIT, el profesor de Mariología Stefano De Fiores, de la Pontificia Unversidad Gregoriana y en la Pontificia Facultad Teológica Marianum, explicó que este gesto será «una ceremonia ecuménica para sanar las heridas de los conflictos que, en 1561, llevaron a los católicos a suprimir a los valdenses, sobre todo en la localidad de Guardia Piemontese».

Sobre el tema del congreso, el padre Fiores explicó que, «ante el agotamiento del modelo ideológico individualista, que tanta barbarie ha suscitado en el siglo XX», María «es un modelo inspirador de vida para el tercer milenio».

«En Ella se realiza un modelo antropológico de persona responsable, esencialmente relacional a Dios y a los hombres, solidaria con el género humano pero sin connivencia con el mal, proyectada para beneficio de todos los seres humanos», añadió.

Según la intención de los organizadores, el objetivo principal del Simposio es «hacer resplandecer el rostro de María como modelo de una sociedad reconciliada».

En la apertura estará presente el arzobispo Mauro Piacenza, Secretario de la Congregación para el Clero.

Otro de los momentos importantes del Simposio será la celebración del 150° aniversario de la reconstrucción del Santuario diocesano de Torre di Ruggiero y de la reaparición de una fuente prodigiosa.

La tradición cuenta que, en la colina donde se construyó el santuario, el 17 de abril de 1677 la Virgen se apareció a dos jovencitas del lugar, Isabella Cristello y Antonia De Luca, y mientras rezaban Isabella se curó de una grave enfermedad que padecía desde hacía tiempo.

En el mismo lugar, el 10 de abril de 1858, el campesino Francesco Arone, trabajando la tierra en los alrededores de la Iglesia, vio brotar una fuente. Conmovido, bebió y luego se lavó los miembros, afectados por un reumatismo articular, curándose inmediatamente.

Estos hechos milagrosos han hecho que desde entonces el santuario sea conocido como «la pequeña Lourdes de Calabria».

Por Antonio Gaspari

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }