CASTEL GANDOLFO, domingo 28 de septiembre de 2008 (ZENIT.org) El Papa afirma es necesario difundir el “turismo social”, que “promueve la participación de las clases más débiles y que puede ser un instrumento de lucha válido contra la pobreza y la fragilidad”.
El Papa recibió en audiencia a los representantes del Centro Turistico Giovanile (CTG) y por el Ufficio Internazionale del Turismo Sociale (BITS) con motivo de la Jornada Mundial del Turismo, acompañados por el presidente del Consejo Pontificio para la pastoral de Migrantes e Itinerantes, cardenal Renato Martino.
Este turismo responsable “hacia el medio ambiente y hacia los demás”, representa según el papa “un motivo de esperanza en un mundo en el que se acentúan las distancias entre quien tiene de todo y quienes sufren el hambre, la carestía y la sequía”.
El Papa mostró su deseo de que el tema de este año “consiga influenciar positivamente el estilo de vida de tantos turistas, de modo que cada uno de su contribución al bienestar de todos, que resulta ser en definitiva el de cada uno”.
Sobre el calentamiento global, Benedicto XVI explicó que la humanidad “tiene el deber de proteger este tesoro de la Creación, y de empeñarse contra el uso indiscriminado de los bienes de la tierra”.
“La experiencia enseña que la gestión responsable de la Creación forma parte, o así debería ser, de una economía sana y sostenible del turismo. Al contrario, el uso el uso impropio de la naturaleza y el abuso infligido a la cultura de las poblaciones locales dañan también al turismo”.
“Aprender a respetar el medio ambiente enseña también a respetar a los demás y a sí mismos”, añadió.El Papa explicó que es necesario “educar en una ética de la responsabilidad y de proceder a “hacer las propuestas más constructivas para garantizar el bienestar de las generaciones futuras”.
“La degradación del ambiente sólo puede frenarse con una cultura adecuada del comportamiento, que incluya estilos de vida más sobrios”, añadió.
Subrayó, en este sentido, el papel de los jóvenes a la hora de proponer “comportamientos dirigidos al aprecio de la naturaleza y a su defensa, en una perspectiva ecológica correcta, como he subrayado muchas veces con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney”.
“Compete a las nuevas generaciones promover un turismo sano y solidario, que prohíba el consumismo y el despilfarro de los recursos de la tierra, para dejar espacio a gestos de solidaridad y amistad, de conocimiento y comprensión”, subrayó.
El cardenal Renato Martino, por su parte, explicó que el calentamiento global es “una de las cuestiones de nuestro tiempo”, y que el turismo “es uno de los factores que contribuyen al sobrecalentamiento”.
El mundo del turismo, añadió, “debe combatir el egoísmo, que puede llevar a un consumismo exasperado. Los turistas deben ser conscientes y responsables de sus propias acciones, y adoptar un estilo de vida que no sea a costa de la naturaleza, y que tenga sentido del límite”, añadió.
[Por Inma Álvarez]