CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha alabado el testimonio cristiano de reconciliación que ofrece la colombo francesa Íngrid Betancourt, galardonada este miércoles con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2008, uno de los más prestigiosos en España.
Betancourt fue liberada tras permanecer secuestrada durante más de seis años a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por el Ejército de Colombia, el 2 de julio pasado, en una operación que también liberó a tres estadounidenses y a once militares colombianos.
El portavoz del Vaticano recuerda que tras la audiencia que concedió Benedicto XVI a Betancourt, el 1 de septiembre, la ex candidata a la presidencia colombiana hizo un desgarrador llamamiento a los jefes de la guerrilla para que abran su corazones al amor y al perdón, abandonando los secuestros y las armas.
"Su testimonio, lleno de rasgos explícitamente espirituales y cristianos,quizá corre el riesgo de no ser tomado demasiado en serio por una mentalidad laicista; pero en un cautiverio tan largo las perspectivas sobre lo que es verdaderamente importante en la vida cambian; y no sólo lo testimonia Íngrid, sino también los otros secuestrados", explica el padre Lombardi en el editorial de la última edición de Octava Dies, semanario del Centro Televisivo Vaticano, del que también es director.
"Las ideologías se empañan y aparece en el primer plano lo que está en el fondo del corazón --añade el portavoz--: aquello en lo que se cree y que permite que las relaciones con los demás se basen en el respeto, la fraternidad y la paz".
"Sin fe no hay esperanza y sin esperanza no hay fuerza para seguir luchando por un mundo reconciliado", afirma el padre Lombardi citando a Íngrid.
El padre Lombardi desea que Betancourt "pueda seguir anunciando precisamente este mensaje de paz. Será la contribución más preciosa que puede dar esta mujer frágil, resurgida milagrosamente de la selva, a nuestro mundo enfermo de odio".
Nacida en Bogotá (Colombia) en 1961, Ingrid Betancourt, tras ser diputada y senadora, dimitió para presentarse a las elecciones presidenciales de Colombia en 2002, año en el que fue secuestrada.El otro candidato finalista para recibir el premio Príncipe de Asturias a la Concordia ha sido el padre Enrique Figaredo S.I., nombrado por Juan Pablo II prefecto de Battambang (Camboya). Su candidatura buscaba reconocer su lucha contra las minas antipersonas.