CIUDAD DEL VATICANO, viernes 9 de enero de 2009 (ZENIT.org).- La principal tarea de la familia debe ser la de ser "formadora de valores humanos y cristianos", dijo este viernes en una rueda de prensa en la Santa Sede el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para la Familia.
En la cita con los periodistas presentó el VI Encuentro Mundial de las Familias que se realizará en Ciudad de México del 14 al 18 de enero.
El purpurado italiano presentó los principales problemas que aquejan a las relaciones familiares en la actualidad: "ausencia de valores compartidos, de una certeza educativa".
Dijo que por ello muchas veces "los jóvenes están desorientados y los padres desmotivados".
Antonelli se refirió igualmente a la necesidad de educar a los hijos en la fe, un elemento esencial en las familias y que "no es algo que se hereda automáticamente".
Aseguró que más bien que "cada generación debe apropiarse, hacer esta elección", pero que "tienen necesidad de recibir la propuesta con el testimonio y la experiencia concreta"
La familia debe ser así un espacio para cultivar "la virtud y la experiencia de ser amados", dijo el cardenal haciendo referencia a la encíclica del Papa Benedicto XVI Deus Caritas Est.
En la familia, dijo, se aprende y experimenta "el sentido de la solidaridad, de la dignidad de la persona, de la lealtad, de la cooperación, de la autonomía misma a través de la experiencia de los padres". Por ello, sintetizó, la familia debe convertirse en un "laboratorio de convivencia civil".
El arzobispo emérito de Florencia aseguró que durante este encuentro se pretende "hacer conscientes a las familias para que sean sujetos vivos y operantes en la Iglesia y en la sociedad civil".
Se refirió a las familias numerosas, a veces discriminadas. "No es justo que la sociedad no reconozca la labor de la madre y de las familias numerosas sólo porque no tienen ventajas económicas, especialmente en estos momentos de crisis educativa", denunció el purpurado.
Antonelli concluyó su intervención diciendo que es importante, dentro de las familias "considerar al otro como un bien en sí mismo y servirlo generosamente".
Aseguró que esta actitud, dentro de las familias, "hace bien a la pareja y a la relación padres hijos" y que este este amor "pide ser correspondido", porque "necesita reciprocidad". Sólo así "las personas se realizan plenamente", concluyó.
Por Carmen Elena Villa