ROMA / KÖNIGSTEIN, miércoles 28 de enero de 2009 (ZENIT.org).- La elección del Metropolita Kiril de Smolensko y Kaliningrado como Patriarca de Moscú y de Todas las Rusias representa una esperanza para la continuación del diálogo ecuménico.

Así lo expresó esta mañana, en declaraciones a Radio Vaticano, el arzobispo católico de Moscú, monseñor Paolo Pezzi, asegurando que para la comunidad católica rusa supone “una noticia muy positiva” y “una continuidad y un reconocimiento a la obra del anterior Patriarca, Alejo II”.

La elección de este Patriarca “supone un bien también hacia los demás”, señaló el prelado, y auguró que el nuevo cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa “incremente los esfuerzos hacia el diálogo y la comunión entre los cristianos”.

Por su parte, la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha emitido un comunicado en el que expresa su satisfacción por la elección del Metropolita, que era hasta ahora presidente del Departamento de Relaciones Externas del Patriarcado de Moscú.

El presidente de AIN, Joaquín Alliende, explicó que mantiene desde hace muchos años un “contacto fructífero” con el nuevo Patriarca, y mostró su optimismo y confianza en la continuación del diálogo con la Iglesia católica, “para afrontar los desafíos comunes a todos los cristianos”.

Precisamente, recordó el último encuentro mantenido con el Metropolita Kiril el pasado mes de noviembre, en vida aún de Alejo II, con la Dirección internacional de AIN para hablar sobre las perspectivas futuras de colaboración.

Por voluntad de Juan Pablo II, AIN ayuda económicamente a la Iglesia ortodoxa rusa desde 1992. Tanto Benedicto XVI como Alejo II , en los últimos años, han expresado su reconocimiento por la contribución al diálogo llevada a cabo a través de esta labor.

Kiril de Smolensko (Vladimir Gundyaev) nació en Leningrado el 20 de noviembre de 1946, hijo de un sacerdote ortodoxo. Estudió teología en esta ciudad y se ordenó como hieromonje en 1969, y archimandrita en 1971.

Entre 1971 y 1974 fue representante del Patriarcado de Moscú ante el Consejo Ecuménico de las Iglesias. En 1976 fue ordenado obispo de Vyborg, y arzobispo de Smolensko en 1984, de donde se convirtió en Metropoplita en 1991. Desde 1989 era el encargado de las relaciones exteriores de la Iglesia ortodoxa rusa.

Según un comunicado de Orthodoxie, el servicio oficial de información ortodoxo, el nuevo Patriarca es considerado el iniciador de la elaboración de la doctrina social de la Iglesia rusa.



Cristianos se preparan a celebrar el Día Mundial del Agua

BUENOS AIRES, miércoles, 28 enero 2009 (ZENIT.org).- El próximo 22 de marzo de se celebra el Día Mundial del Agua. Cristianos de diversas asociaciones y movimientos se han unido en una iniciativa que une Agua y Espiritualidad, promoviendo un “Acuerdo Ciudadano con la Tierra”.

Es una iniciativa del Movimiento Agua y Juventud (www.acuerdociudadano.org) que ofrece “una herramienta simple y efectiva con la cual toda persona, comunidad y organización puede hacer su aportación cotidiana para que todos tengan acceso al Agua Fuente de Vida lo antes posible”, informa a ZENIT Jorge Carcavallo Picho desde Argentina.

Este compromiso ciudadano se traduce en, añade, “cambiar algunas de nuestras actitudes y hábitos frente a los recursos que utilizamos diariamente, muchas veces impensadamente”.

La iniciativa ha sumado hasta ahora cerca de dos mil firmas, y esperan, antes del 22 de marzo próximo, Día Mundial del Agua, llegar a las treinta mil, o tres millones. “¿Por qué no, todos cuidando la Vida?”, se pregunta.

Invita a todos a ser parte activa del Acuerdo Ciudadano personalmente y, si es posible, con su comunidad de aprendizaje y acción. Los coordinadores del Acuerdo Ciudadano están a disposición de quien quiera unirse en: www.acuerdociudadano.org.

La herramienta Acuerdo Ciudadano por la Tierra fue creada por el Movimiento Internacional Agua y Juventud, cuyo presidente es Ricardo Bertolino (www.waterandyouth.org).

La invitación “Agua y Espiritualidad”, inspirada por la iniciativa “Por Ríos de Vida”, que organizan el obispo Jorge Pedro Casaretto –obispo de San Isidro, Buenos Aires, y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de Argentina–, y los presbíteros Anibal Filippini y Roberto Baron de la misma diócesis, se presentó el 8 de diciembre de 2007, en la celebración eucarística que precedió a la Procesión por el río Luján.

Más de veinte mil fieles, incluyendo el Intendente y otras autoridades, recibieron, indican los organizadores, “un inspirador mensaje sobre la importancia de tomar acciones concretas para sanar y cuidar el ‘Agua de Vida’”.

A raíz de una lectura sobre el encuentro de los jóvenes con Benedicto XVI, en el Santuario de Loreto, Italia, un grupo de amigos tuvo la idea “Por Ríos de Vida” e incluso la llevaron pocas semanas después al río Jordán, donde fueron en peregrinación, informa Jorge Carcavallo.

“El Movimiento Internacional Agua y Juventud surge de jóvenes de numerosas organizaciones quienes han tomado la decisión de trabajar juntos en la construcción de una sociedad más equitativa y sustentable. Para lograr sus objetivos, se proponen ayudar a fortalecer las acciones locales que realizan millones de personas a lo largo del planeta en temas relacionados con el agua, e incidir en las políticas publicas que impactan en la gestión de este bien de todos”, informa la página web del movimiento.

El primer paso en la estructuración del movimiento se dio del 12 al 14 de abril de 2007, en Buenos Aires, durante las “Primeras Jornadas Internacionales Agua y Juventud”, a las que convocaron alrededor de trescientas organizaciones.

Hoy, la propuesta se encuentra estructurada o en formación en alrededor de cincuenta países de África, América, Asia y Europa.»

“Agua fuente de Vida”, explican, es una frase repetida por millones en las misas alrededor del mundo y también el lema del Decenio del Agua de las Naciones Unidas.

En Mateo 25 se dice: “¿Cuándo te vimos sediento y te dimos de beber…? […] cuando lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi lo hiciste”.

La Torá narra que Amón y Moav están excluídos del derecho de admisión en el pueblo de Israel porque no se acercaron a ofrecer pan y agua a los judíos que transitaban cerca de sus poblados, durante la travesía por el desierto. “No hicieron nada por ayudar a unos pobres esclavos recién liberados, una figura social muy próxima a nuestras comunidades de excluídos actuales”, explican los impulsores de la iniciativa.

El Corán dice: “Informales que el agua está para repartirla entre ellos…” (Sura 54, versículo 28). El Bhagavad Gita narra: “¡Oh Arjuna, soy el sabor del agua!” (7.08-09). Y se podría seguir con citas de los pueblos originarios de tantos países sobre el valor de este elemento indispensable para la vida y la necesidad de su socialización y reparto equitativo.

“Hoy –concluye Jorge Carcavallo- los sedientos no sólo andan en caminos polvorientos, sino en nuestras ciudades y pueblos, sin acceso a agua potable o segura. Y la gran pregunta que se hacen millones es ¿qué puedo hacer yo desde mi lugar?”

Por Nieves San Martín