GUADALAJARA, martes, 13 enero 2008 (ZENIT.org).- El pasado 6 de enero, en la Casa San José situada en Guadalajara, México, comenzó el noveno capítulo general de los Misioneros de Guadalupe (MG). Durante el encuentro, se renovarán los cargos generales de esta Sociedad misionera de sacerdotes seculares, fundada por el Episcopado Mexicano el 7 de octubre de 1949.
El Día de Epifanía, con la Eucaristía del Espíritu Santo, dio inicio oficial el capítulo de los Misioneros de Guadalupe, cuyos trabajos comenzaron ese mismo día por la tarde, informa a ZENIT el padre Antonio Camacho Muñoz, mg.
En la Eucaristía, presidida por el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, el padre Juan José A. Luna Erreguerena, actual superior general, pronunció el discurso oficial de apertura.
Los padres capitulares, llegados de las diferentes misiones en el extranjero y casas en México, informan durante estos días de la situación actual de la misión y reflexionan sobre el futuro del Instituto, en la «siempre ardua tarea de la Misión Ad Gentes», dice la nota informativa enviada a ZENIT.
En el capítulo general participan 25 sacerdotes misioneros provenientes de los cinco continentes, de entre los cuales se debe elegir al superior general y su Consejo para los próximos seis años.
Actualmente los Misioneros de Guadalupe evangelizan en Japón, Corea, Hong Kong, China, Australia, Kenia, Angola, Mozambique, Perú, Brasil, Cuba, Guatemala y Estados Unidos.
Según informa la nota, el capítulo general analizará cómo llegar a los no cristianos a través de la promoción y formación de agentes de evangelización en las Iglesias locales, para colaborar con ellas en la Misión Ad Gentes, a la que están llamadas a participar, para que todos los pueblos tengan vida en Jesucristo.
El Instituto pide «oraciones para que el Espíritu Santo derrame sus gracias sobre los padres capitulares en bien de la Iglesia Misionera».
El Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, sostenido por los obispos de México desde su fundación -informa su página web–, «participa en la misión de la Iglesia formando, enviando y sosteniendo a sus misioneros en la labor siempre necesaria de la evangelización de los que no creen en Cristo».
Así mismo venera a Santa María de Guadalupe como patrona y, por ello, sus miembros reciben el nombre de misioneros de Guadalupe.
Forman una Sociedad de Vida Apostólica, clerical de derecho pontificio, con un régimen autónomo, dependiente de la Congregación para la Evangelización de los pueblos. Consagran su vida a las misiones extranjeras.
La finalidad del Instituto es: la evangelización de los no cristianos, poniendo especial empeño en la promoción y formación de agentes de evangelización, ya sean sacerdotes, religiosos o laicos nativos en cada lugar.
Pío XII aprobó sus Constituciones. El primer superior general fue monseñor Alonso M. Escalante y Escalante.
En la actualidad, hay unos 165 misioneros de Guadalupe sirviendo en el mundo, especialmente en África, Asia y América.
«El don espiritual que los presbíteros recibieron en la ordenación sacerdotal no sólo los prepara para una misión limitada y restringida, sino también para la misión universal y amplísima de la salvación hasta los confines de la tierra», explica la página web
«En virtud del sacerdocio de Cristo, del que son participantes, su sacerdocio se dirige necesariamente a todos los pueblos y a todos los tiempos y no está reducido a ninguna frontera de sangre o nación», añade.
Por tal motivo, los misioneros de Guadalupe con el afán de trascender las fronteras del Instituto, han abierto su trabajo a sacerdotes diocesanos que desean ser misioneros en el extranjero y predicar el Evangelio a los no cristianos pidiendo de cada uno algunos requisitos y cualidades básicas: ser menor de 40 años; contar con buena salud física y mental; capacidad de trabajo en equipo; capacidad de convivencia comunitaria; desprendimiento de los bienes materiales.
Más información en www.mg.org.mx
Por Nieves San Martín