El presidente de México ve una relación entre ruptura familiar y violencia

La criminalidad crece con la falta de lazos familiares, explica

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 CIUDAD DE MÉXICO, miércoles, 14 enero 2008 (ZENIT.org-El Observador).- Ante casi 10 mil personas que participaron en la inauguración del Congreso Teológico Pastoral que precede al VI Encuentro Mundial de las Familias, el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, constató que al aumento de la ruptura familiar le corresponde también un aumento de la violencia.

Junto con el mandatario mexicano, inauguraron el Congreso el presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el cardenal Ennio Antonelli y el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, así como el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, monseñor Carlos Aguiar Retes.

El Centro de Exposiciones Bancomer, situado al poniente de la capital del país, ha sido testigo de un nuevo récord de asistencia en este tipo de congresos teológicos, pues los inscritos en México rondan cerca de los 10.000.

En su intervención, el presidente Calderón Hinojosa señaló el vínculo que existe en México entre familias rotas y crimen organizado, especialmente en el caso del narcotráfico, al que la actual administración federal está combatiendo de forma inusitada en la historia moderna.

«Hoy las familias mexicanas enfrentan un paisaje y un ambiente de inseguridad. El crimen, la violencia y la exacerbación de la violencia amenazan la tranquilidad de quienes más queremos, también amenaza esa tranquilidad la apología del delito, por ello hemos desplegado y seguiremos desplegando todo el poder del Estado en contra de aquellos que amenazan la paz y pretenden esclavizar con la droga a nuestros hijos», aseguró el presidente Calderón Hinojosa.

El presidente de los mexicanos recordó su formación en escuelas religiosas, abogó por la fidelidad de la pareja y recordó, incluso, que está bajo la protección de San Felipe de Jesús, primer santo mexicano, insistiendo en que el vínculo matrimonial es una escuela de humanismo y que su desintegración es un pasaporte a la violencia.

En la parte medular de su discurso, Calderón Hinojosa, quien participó en el acto junto a su esposa, Margarita Zavala, enfatizó que «la proliferación de individuos que hacen de la violencia, del crimen, del odio su forma de vida coincide, por desgracia, en una gran medida con la fragmentación y la disfuncionalidad que afectaron su entorno familiar».

Más adelante, el primer mandatario de la nación azteca reconoció que «un gran porcentaje de las personas que fallecen en enfrentamientos de grupos criminales en México son particularmente jóvenes que están desarraigados de un núcleo familiar, son adolescentes y jóvenes que se formaron en la carencia absoluta no sólo de valores familiares, sino de familia misma».

Finalmente, Felipe Calderón Hinojosa –haciéndose eco de millones de familias mexicanas– aseguró que México «extraña» mucho al Papa Benedicto XVI y reiteró que el Santo Padre es invitado permanente a asistir a este país –que fuera visitado en cinco ocasiones por Juan Pablo II– y a quien se le recibiría «con los brazos abiertos».

En la sección de documentos de la página web de ZENIT (www.zenit.org), es posible leer la intervención del presidente Felipe Calderón Hinojosa. 

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ZENIT Staff

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