CIUDAD DE MÉXICO, sábado, 17 enero 2008 (ZENIT.org-El Observador).- Durante el tercer día de trabajos en el Congreso Teológico Pastoral del VI Encuentro Mundial de las Familias, fue presentada la figura de la sierva de Dios Concepción Cabrera de Armida, como modelo de esposa, madre y cristiana.
En un vídeo presentado durante el espacio destinado a la comunicación de proyectos, se testimonia la estatura espiritual de la mística mexicana: «Conchita, una mujer ordinaria, una madre de familia que había tenido 9 hijos; una madre, ama de casa, esposa ejemplar. Desde el inicio de su vida sintió una atracción extraordinaria hacia Cristo, hacia la Iglesia. Una mujer de fe muy coherente que se transformó en mística; pero su relación con Jesucristo ha sido una fuente de vida espiritual, de valores cristianos para el pueblo».
En el audiovisual resalta este pasaje: «mujer mexicana quien en momentos de crisis, como los nuestros, en 1920, escribió: Dios es tres veces santo y mil veces madre».
Conchita, como cariñosamente se le conoce, nació en San Luis Potosí, México, en 1862. Esposa, madre de 9 hijos, escritora fecunda; inspiradora de dos congregaciones religiosas y otras obras apostólicas para laicos y sacerdotes.
Viuda a los 39 años, lleva a su familia adelante en medio de un país sumergido en la revolución y la persecución religiosa. Murió en la Ciudad de México a la edad de 74 años. Fue declarada venerable por el Papa Juan Pablo II en 1999.
Conchita Cabrera se casó con Francisco Armida y ella no se veía obstaculizada al casarse para amar a Dios, ella misma escribe al respecto: «Ser esposa y madre no me impidió jamás la vida espiritual, antes al contrario, después de un año y medio de matrimonio, me pareció que el Señor me llamaba con mayor fuerza hacía la perfección»
En el video se subraya que la mística mexicana es «verdaderamente humana pero también ha encarnado en sí lo mejor que hay en nuestra fe».
Por Gilberto Hernández García