SANTIAGO DE CHILE, lunes 19 de enero de 2009 (ZENIT.org).- Pese a la oposición de la Iglesia en Chile, el desfile Vírgenes Fashion Show se realizó el pasado viernes en una discoteca del barrio Bellavista de la capital de este país.
El evento, ideado por el diseñador chileno Ricardo Oyarzún para conmemorar 15 años de su carrera, presentó a importantes modelos chilenas vestidas de la Virgen María.
Con mantos y túnicas con colores fuertes y profundos escotes. Varias modelos rechazaron la propuesta de participar en el evento porque no querían ofender su fe católica.
Ante el anuncio del desfile, el secretario general de la Conferencia Episcopal Chilena, monseñor Cristián Contreras, obispo auxiliar de Santiago, ofreció el pasado viernes una Conferencia de Prensa en la que aseguró que «nuestra misión no es censurar, es iluminar las conciencias».
El contenido de la Conferencia de Prensa se dio a conocer en la página oficial de la Conferencia Episcopal Chilena (http://www.iglesia.cl).
Igualmente el grupo católico «Muévete Chile» interpuso un recurso ante la Séptima Sala de la Corte de Apelaciones para que se detuviera el evento, petición que fue rechazada.
El diseñador aseguró que la intención de este evento no es «ofender a nadie» sino «manifestar una expresión artística», la misma posición adoptaron varias modelos que aseguraron que su participación en el desfile no se contradice con sus creencias religiosas.
Frente a este argumento monseñor Contreras aseguró que «el arte tiene que ver con la verdad histórica, también de las personas, y la Virgen María es una persona humana que tiene una tradición. Tiene que ver también con la belleza, no es solamente la expresión de la subjetividad de alguien, sino de la realidad de las cosas».
Más que una censura o una prohibición
Monseñor Contreras invitó a los periodistas a reflexionar sobre lo que significa la libertad de expresión: «Dentro de los derechos humanos se incluye el respeto por la religión y las creencias de las personas, y en este caso particular se trata de una mayoría de los ciudadanos chilenos».
Frente al contenido del evento, el obispo subrayó: «ha habido todo un aparato publicitario que raya en la provocación. Aquí no estamos hablando de erotismo, pornografía, escotes más o escotes menos, sino que se trata de la utilización de la figura de la Virgen María que nosotros veneramos».
En cuanto al recurso interpuesto ante los tribunales el obispo dijo: «así como hay personas que a través de una discutible expresión de libertad creen poder ofender a la Virgen, creemos que también hay libertad para que católicos laicos interpongan recursos cuando creen que su fe está siendo vulnerada»
«La sabiduría del pueblo cristiano sabrá juzgar. El que se presente a la Virgen de una manera distinta a la que conocemos en la tradición iconográfica de la historia cristiana o como la presenta la Sagrada Escritura, es algo que nosotros no podemos aceptar y que nos causa un inmenso dolor», concluyó el prelado.
Por Carmen Elena Villa