JOHANNESBURGO, martes 27 de enero de 2009 (ZENIT.org).- El arzobispo de Johannesburgo, monseñor Buti Joseph Tlhagale, explicó que la Iglesia en África tiene un nuevo reto ante el nuevo "colonialismo biológico" que pretenden imponer los países occidentales, durante su discurso de apertura de la Asamblea Plenaria de la Southern African Catholic Bishops' Conference (SACBC), el pasado 22 de enero.
En el discurso, que ha sido publicado por la agencia Fides, el prelado denunció que "tanto el protocolo de Maputo como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW) están destinados a legalizar el aborto y a legitimar la fecundación in vitro, en la mayor parte de los países africanos".
Dicha normativa, añadió, "hará posible ir a la caza de óvulos de mujeres africanas, para contribuir a satisfacer las exigencias de la búsqueda de células madre embrionarias en los países industrializados", y recordó que "en Gran Bretaña es ilegal usar para la investigación óvulos de mujeres inglesas".
"El colonialismo biológico está a las puertas", advirtió el presidente de la SACBC.
"¿Los líderes religiosos tenemos algo que decir en estos complejos asuntos morales actuales, o sencillamente dejamos en manos de activistas sin escrúpulos?", advirtió monseñor Tlhagale.
Este "nuevo colonialismo", afirma el prelado, es la expresión de una nueva "ética global" nacida del postmodernismo, que pretende "sacar al propio Dios del pedestal. Son el hombre y la mujer los que reinan soberanamente. La trascendencia se ha convertido en una ficción. El individuo se ha convertido en el creador, y es señor de su propio destino".
"Fue la Conferencia de Pekín, de 1995 la que rechazó la complementariedad entre hombre y mujer. El objetivo es el de obtener una sociedad a-sexual, una sociedad sin etiquetas sexuales. La Conferencia del Cairo habló de familia en todas sus formas, con la finalidad de incluir las familias con padres del mismo sexo".
Esta ética global proclama el "derecho a elegir" por encima de todo, denunció, "La eutanasia, afirma la campaña en su favor, es la expresión del derecho a elegir, y en este sentido se afirma también la dignidad de la persona. Salud reproductiva significa derecho a no reproducirse. Significa aborto seguro. Significa libre acceso a los anticonceptivos".
Esta ética supone uno de los mayores retos que la Iglesia en África debe afrontar, la cuestión "más contenciosa y en la que hay más división en tanto en la Iglesia como en la sociedad, y es una cuestión tanto religiosa como política", afirmó.