BONN, viernes 30 de enero de 2009 (ZENIT.org).- Los obispos alemanes han invitado a los cuatro obispos «lefebvrianos», a quienes el Papa recientemente levantó la excomunión que se les impuso en 1988, a declarar públicamente su aceptación del Concilio Vaticano II, y en particular la Declaración «Nostra Aetate» sobre las relaciones con el judaísmo y con las relaciones no cristianas.
Así lo afirma una declaración firmada por monseñor Heinrich Mussinghoff, obispo de Aquisgrán y Presidente de la Subcomisión para las Relaciones Religiosas con el Jjudaísmo de la Conferencia Episcopal Alemana.
El prelado afirma que los obispos alemanes apoyan los esfuerzos del Papa para «obtener la unidad de la Iglesia», aunque admite que esta decisión «ha suscitado una serie de preguntas críticas», sobre todo a causa de las tesis negacionistas del Holocausto expresadas por monseñor Richard Williamson, uno de los cuatro obispos objeto del perdón papal.
«Nos oponemos de la manera más decidida a esta negación del Holocuasto, que en Alemania ya está siendo objeto de investigación judicial», declara monseñor Mussinghoff. De hecho, la negación del Holocausto en este país es un delito que puede suponer hasta 5 años de cárcel.
«Expresamos -afirma el comunicado- la clara y gran expectativa y la peón urgente de que, en el curso de los próximos encuentros, los cuatro obispos de la Fraternidad de San Pío X manifiesten de modo irrevocable y creíble su fidelidad al Concilio Vaticano II y en particular a la declaración Nostra Aetate, cuyas instancias fueron hechas propias por el Papa Juan Pablo II en su largo pontificado, de manera insistente y con resultados beneficiosos».
Ayer mismo, el arzobispo de Friburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, monseñor Robert Zollitsch, afirmó, antes de una visita prevista a una sinagoga en Mannheim, que «en la Iglesia católica no hay espacio ni para el antisemitismo ni para la negación del Holocausto».
Por su parte, la Conferencia Episcopal Suiza, país en el que monseñor Marcel Lefebvre estableció (en la ciudad de Ecône) la casa de formación de la Fraternidad sacerdotal San Pio X, ha querido subrayar en una nota que los obispos consagrados en 1988 sin mandato pontificio, «a pesar del levantamiento de la excomunión, siguen suspendidos a divinis» y que por tanto, «según la Iglesia católica, no pueden ejercer su ministerio episcopal».
«Es necesario -escriben los obispos- evitar malentendidos: en la doctrina de la Iglesia, la revocacion de la excomunión no es reconciliación, ni la rehabilitación, sino la apertura del camino hacia la reconciliación. Ese acto no ha sido un punto de llegada, sino un punto de partida para un diálogo necesario sobre las razones de la disensión».
Por su parte, el obispo de Regensburg (Ratisbona), en Alemania, monseñor Gerhard Ludwig Mueller, ha impuesto la prohibición de acceder a todas las iglesias e instituciones diocesanas a monseñor Richard Williamson – que normalmente reside en Argentina -, acusándolo de blasfemia.
La causa es que la controvertida entrevista a la televisión sueca SVT fue concedida por monseñor Williamson en noviembre de 2008 no lejos de Regensburg, en Zaitzkofen, donde la Fraternidad tiene uno de sus seminarios.
De hecho, por competencia territorial, la fiscalía de Regensburg ha abierto una investigación contra monseñor Williamson por instigación al odio racial.
La Fraternidad de San Pío X se opone a la concepción eclesiológica surgida del Concilio Vaticano II, según la cual la Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia católica, pues afirman que de esta forma se niega la identidad entre Iglesia de Cristo e Iglesia católica, y rechazan el ecumenismo y el diálogo interreligioso porque, afirman, supone negar la unicidad de la Iglesia y de su misión salvífica.