KAMPALA, viernes, 26 febrero 2009 (ZENIT.org).- Cristianos de todas las confesiones de Uganda se han unido para dedicar el ayuno y oración cuaresmales para rezar por el fin de la práctica del sacrificio humano, especialmente de niños, según informa la agencia católica africana CISA. La campaña de oración comenzó el Miércoles de Ceniza y durará hasta la Semana Santa.
La propuesta partió del arzobispo anglicano Henri Orombi, representante de la confesión mayoritaria del país, quien en una carta publicada por el diario ugandés Monitor advertía que el incremento de estos macabros rituales está sembrando el terror.
El último caso, que ha conmocionado al país, se produjo hace pocos días, con el descubrimiento del cadáver de una menor salvajemente mutilada, en el distrito de Kibaale.
«Hay un grito en nuestra tierra», afirma el arzobispo Orombi. «Este grito es tan fuerte, que las Iglesias – independientemente de su denominación – han declarado conjuntamente una campaña nacional contra el mal de la brujería y los sacrificios humanos».
Los cristianos, agrega el prelado, «condenamos fuertemente de forma inequívoca esta práctica depravada, que no sólo profana la santidad de la vida humana, sino que revela también el grado de degeneración al que está llegando nuestra sociedad por la avaricia, el ateísmo y la corrupción moral».
El prelado hace un llamamiento a los fieles de todas las Iglesias del país al arrepentimiento de la falta de moral que «ha precipitado la maldad del sacrificio humano, que los que practican la brujería o equivocadamente confían en ella utilizan para atraer riquezas rápidamente».
«El sacrificio humano es malo y demoníaco. Se trata claramente de un problema espiritual, que necesita una solución espiritual. Los demonios que exigen la sangre del inocente de nuestra tierra deben ser silenciados, expulsados, y destruidos, para que nuestro querido país quede limpio y curado de este mal», concluye.