CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 4 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- El sacerdote jesuita Federico Lombardi ha pedido a los medios de comunicación que no cedan a la tentación de señalar con el dedo con demasiada facilidad a los defectos de comunicación dentro de la Iglesia.
En una entrevista concedida a ZENIT, el director de la Oficina de Información de la Santa Sede defiende el sistema de comunicación interno y externo de la Santa Sede, muy criticado últimamente. En concreto, los comentaristas vaticanos describieron de diferentes modos el gesto de Benedicto XVI de levantar la excomunión a los cuatro obispos lefebvristas, juzgándolo a veces como un «tropezón», cuando no como un «desastre».
«Hablar de esta crisis en términos apocalípticos me parece excesivo –observa el padre Lombardi–. El año pasado fue un año de grandes éxitos comunicativos para el pontificado».
El portavoz recuerda el viaje apostólico en 2008 a Estados Unidos, que define «espléndido», y subraya la «óptima comunicación» tenida durante el Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios y durante la visita papal a Francia.
«Se olvidan muy deprisa todos estos aspectos y estas experiencias positivas –comenta–. Esto no es justo pero, lamentablemente, es parte de nuestro mundo, así como de la comunicación».
Frente a los riesgos derivados de adoptar perspectivas limitadas, capaces de generar «grandes rumores», el padre Lombardi exhorta a los periodistas a «mirar las cosas con un poco de distancia y objetividad».
El sacerdote reconoce las tensiones suscitadas, dentro de los mecanismos comunicativos vaticanos, por la emisión, el 21 de enero, de la entrevista a la televisión sueca de monseñor Richard Williamson, en la que el obispo lefebvrista minimizaba el número de víctimas del Holocausto.
«Aclarar las cosas no ha sido desde luego fácil», confiesa el portavoz, refiriéndose a la diferencia entre las declaraciones negacionistas de Williamson, y la ordenación episcopal ilegítima que le llevó a la excomunión.
«No ha sido seguramente el periodo más tranquilo, sobre todo para la Oficina de Información Vaticana. No puedo por tanto negar que hubo problemas».
En una entrevista publicada el 5 de febrero en el diario francés «La Croix», el padre Lombardi subrayaba entre las causas a la raíz de esta confusión en la opinión pública, la falta de notas explicativas que acompañaran las declaraciones. Del mismo modo auguraba la creación de una «cultura de la comunicación» dentro de la Curia, que lleve a una mayor coordinación entre los dicasterios vaticanos y la Oficina de Información (ver: http://www.zenit.org/article-30095?l=spanish).
Algunos comentaristas han observado que la razón por la que Benedicto XVI no fuera informado sobre el punto de vista del obispo Williamson respecto a la Shoá, antes de la remisión de la excomunión, hay que buscarla en la falta de consultas internas.
En este sentido, el padre Lombardi informa a ZENIT que las comunicaciones internas siguen los protocolos de la Secretaría de Estado vaticana, aunque varían según las diferentes situaciones.
«Para cada argumento y para cada decisión, hay itinerarios específicos de comunicación», explica.
El sacerdote reconoce que, «en el Vaticano, dado que todos estamos en camino, podemos aprender a hacer mejor nuestro deber. Espero que esto quiera decir usar un lenguaje apropiado, prepararse adecuadamente antes, pensar en qué cuestiones se afrontarán y qué respuestas debemos tener preparadas cuando comunicamos».
Pasado más de un mes desde la polémica desencadenada por las declaraciones de Williamson, el padre Lombardi exhorta a los católicos a mirar a los próximos viajes papales a África y Tierra Santa.
«Ahora que se ha aclarado todo, creo que podemos reanudar tranquilamente nuestro camino y seguir adelante –concluye–. En el servicio al Papa, estamos recorriendo la vía del Señor y la vía de la Iglesia en un espíritu de continua confianza».
Por Kris Dmytrenko, productor asociado de la cadena televisiva canadiense «Salt and Light» que trabaja en Roma. Traducido del italiano por Nieves San Martín.