El Papa pide a los países ricos cumplir con sus compromisos de ayuda al desarrollo

Particularmente en esto momentos de crisis económica

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LUANDA, viernes 20 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha exigido que los países ricos cumplan con los compromisos adquiridos en la ayuda al desarrollo, en particular, destinando a este fin el 0,7% del producto interior bruto (PIB).

Según el Papa, es particularmente necesario recordar estos deberes, pues la crisis económica corre el riesgo de hacer de la solidaridad a una más de sus víctimas.

Su llamamiento resonó en el Palacio del Pueblo, la residencia del presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, en presencia de las autoridades angoleñas y de los representantes del cuerpo diplomático en Luanda.

«El desarrollo económico y social en África exige la coordinación del Gobierno nacional con las iniciativas regionales y con las decisiones internacionales», afirmó.

«Una coordinación así supone que las naciones africanas sean consideradas no sólo como destinatarias de los planes y las soluciones elaboradas por otros. Los africanos mismos, trabajando juntos por el bien de sus comunidades, han de ser los primeros agentes de su desarrollo». 

El Papa citó «un número creciente de iniciativas eficaces». Entre ellas, la New Partnership for Africa’s Development (NEPAD), el Pacto sobre la seguridad, la estabilidad y el desarrollo en la Región de los Grandes Lagos, el Kimberley Process, la Publish What You Pay Coalition y la Extractive Industries Transparency Iniziative.

 El objetivo de estas iniciativas, dijo, es «promover la transparencia, la práctica comercial honesta y el buen gobierno». 

«Por lo que se refiere a la comunidad internacional en su conjunto, es de urgente importancia la coordinación de los esfuerzos para afrontar la cuestión de los cambios climáticos, el pleno y justo cumplimiento de los compromisos para el desarrollo indicado por el Doha round». 

Igualmente, aseguró, es necesaria «la realización de la promesa de los países desarrollados, tantas veces repetida, de destinar el 0,7% de su PIB (a las ayudas oficiales para el desarrollo». 

«Hoy, esta ayuda es más necesaria aún, con la tempestad financiera mundial que se ha desencadenado; el auspicio es que dicha ayuda no sea otra de sus víctimas», afirmó.

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ZENIT Staff

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