LOURDES, jueves 19 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- El traslado de la estatua de la Virgen de los Gitanos al santuario de Lourdes marca la 54ª peregrinación anual de gitanos e itinerantes al santuario mariano francés, que se celebra desde este jueves hasta el 25 de agosto.
En el encuentro está prevista la participación de unos ocho mil gitanos y personas itinerantes, informa la Conferencia Episcopal Francesa en su web.
La Virgen de los Gitanos ha peregrinado por toda Francia y el 24 de agosto estará presente en la Gruta de Lourdes, en una misa presidida por el obispo de Vannes, responsable de la pastoral de los itinerantes, monseñor Raymond Centène.
Al final de la celebración, se leerá un pequeño balance de las gracias recibidas de la Virgen de los Gitanos, cuya historia es la de un pequeño “milagro”.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, una familia de gitanos evitó un accidente mortal. Su caravana chocó contra un camión del ejército estadounidense y se incendió, pero nadie resultó herido.
Como muestra de agradecimiento, el padre de la familia esculpió una Virgen en madera con la cabeza coronada de cobre.
La Virgen de los Gitanos lleva en una mano al niño Jesús y en la otra, una pequeña caravana. A sus pies descansa un erizo. Es venerada por los gitanos especialmente desde que el papa Pablo VI la bendijo en 1965.
En la oración a la Virgen de los Gitanos, que se rezará durante la celebración, se le pide que mire “nuestro sufrimiento, nuestra miseria” y que se quede “en esta tierra con nosotros en la vida”.
