CIUDAD DEL VATICANO, martes 16 agosto 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el texto del decreto de la Penitenciaría apostólica sobre las indulgencias que se conceden con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebran desde hoy hasta el 21 de agosto en Madrid.
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Decreto de la Penitenciaría apostólica
Indulgencias con ocasión
de la XXVI Jornada mundial de la juventud
Penitenciaría apostólica
Madrid
Decreto
Se concede la indulgencia plenaria a los fieles que, con ocasión de la «XXVI Jornada mundial de la juventud», acudan a Madrid con espíritu de peregrinación; también podrán conseguir la indulgencia parcial todos los que, en cualquier parte donde estén, recen por las intenciones espirituales de este encuentro y por su éxito.
Ha llegado recientemente a la Penitenciaría apostólica la súplica de su eminencia reverendísima Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia episcopal española, para que los jóvenes puedan obtener los anhelados frutos de santificación de la XXVI Jornada mundial de la juventud, que se celebrará del 16 al 21 de este mes de agosto en la capital española, y que tendrá por tema: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2, 7).
La Penitenciaría apostólica, que expuso al Santo Padre estas consideraciones, ha sido dotada de facultades especiales para conceder, mediante el presente Decreto, el don de la indulgencia, según la intención del mismo Pontífice, como sigue:
Se concede la Indulgencia plenaria a los fieles que participen devotamente en cualquier función sagrada o práctica piadosa que tenga lugar en Madrid durante la «xxvi Jornada mundial de la juventud» y en su solemne conclusión, con tal de que, confesados y realmente arrepentidos, reciban la sagrada Comunión y recen piadosamente según las intenciones de Su Santidad.
Se concede la Indulgencia parcial a los fieles, en cualquier lugar donde estén durante dicho encuentro, si, al menos con espíritu contrito, elevan sus oraciones a Dios Espíritu Santo, para que impulse a los jóvenes a la caridad y les dé la fuerza para anunciar el Evangelio con su vida.
A fin de que los fieles puedan participar más fácilmente de estos dones celestiales, los sacerdotes, legítimamente aprobados para escuchar las confesiones sacramentales, con espíritu pronto y generoso préstense a recibirlas y propongan a los fieles oraciones públicas por el éxito de la misma «Jornada mundial de la juventud».
Este Decreto tiene validez para esta ocasión. No obstante cualquier disposición contraria.
Dado en Roma, en la sede de la Penitenciaría apostólica, el 2 de agosto, año de la Encarnación del Señor 2011, en la piadosa memoria de la «Porciúncula».
Cardenal Fortunato Baldelli
Penitenciario mayor
Gianfranco Girotti, o.f.m.conv.
Obispo titular de Meta, Regente
12 de agosto de 2011