MADRID, lunes, 22 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, anfitrión de la JMJ que acaba de concluir, reveló ayer que el Papa Benedicto XVI “se emocionó hasta casi llorar” en algunos momentos de la Jornada.
En declaraciones a COPE, la emisora propiedad de la Conferencia Episcopal Española, ayer domingo por la mañana, el cardenal Rouco afirmó que para el Papa, uno de los momentos más emotivos fue el Via Crucis.
«Al saber que se había adoptado esta fórmula del Via Crucis con la tradición de las estaciones a partir de los pasos de la Semana Santa, con el conjunto de canto y de texto de la oración del Via Crucis, se entusiasmó», afirmó.
En opinión del purpurado, la JMJ de Madrid «ha superado de nuevo el listón con la forma de desarrollar los grandes actos centrales, que cada vez son de menos superficialidad expresiva, con más soltura de vivencia y de toque profundo en el corazón y el alma de los jóvenes”.
Entre los encuentros más significativos, al margen de los actos centrales, el cardenal subrayó como “muy hermosos” los encuentros con religiosas y profesores universitarios jóvenes en El Escorial, así como el de los jóvenes discapacitados del Instituto San José.
En otras declaraciones a la misma cadena, destacó la actitud de los jóvenes peregrinos ante las dificultades en Cuatro Vientos, primero con el extremo calor y luego con la repentina tormenta.
Los jóvenes participantes mostraron “mucho más que tolerancia en todos los actos. Son jóvenes que viven en la Iglesia la experiencia de Cristo de una forma determinante para su vida y cuanto se manifiestan de forma compartida lo hacen como verdaderos cristianos. Un cristiano tiene un mandato básico y principal para configurar su vida, tratar al
otro como un hermano».
El purpurado se refirió, entre otros momentos, al «inmenso silencio» que guardaron los peregrinos ante la llegada del Santísimo, en Cuatro Vientos.
«El estilo de participación litúrgica de los jóvenes fue impresionante. Incluso por la noche se mantuvo el guión del acto y fue de una gran belleza, acompañado por supuesto de una música excepcional», ha señalado.
«Con esta JMJ se ha demostrado que la vida se convierte en una oferta llena de sentido y de gozo cuando se vive a partir de los valores que han demostrado los jóvenes» ha señalado.
En declaraciones a Radio Vaticano, el purpurado aseguró que “para muchísimos jóvenes, esta experiencia marcará un cambio de sus vidas”.
“Otro punto que hay que subrayar es que la comunión eclesial saldrá muy reforzada. Todas las diversas realidades de la Iglesia han colaborado juntas: órdenes religiosas, movimientos, asociaciones, nuevas comunidades, realidades parroquiales y diocesanas. Este es un hecho que nadie puede negar y que traerá muchos frutos en el futuro”.