ROMA, viernes 26 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- “Alemania es el país más pobre en niños de Europa” (Welt Online, 3 de agosto). Roderich Egeler, director de la Oficina Federal de Estadística (Statistisches Bundesamt o Destatis), hizo esta preocupante afirmación el pasado miércoles 3 de agosto, durante la conferencia de prensa que presentaba los resultados del último microcenso, Mikrozensus 2010.
De los datos de la investigación, tomados de los más importante periódicos alemanes y contenidos en parte en el comunicado de prensa publicado por el organismo federal, se constata que en el periodo 2000-2010 el número de niños y menores en el país ha sufrido un descenso del 14%. Mientras que en 2000 eran casi 15’2 millones, el año pasado la cifra había bajado a casi 13’2 millones, es decir 2’1 millones menos en casi una década.
En los “Länder” o estados federales de la antigua Alemania Occidental, el número de niños descendió a 11 millones, casi un 10%. Más dramático ha sido el descenso en las regiones de la antigua Alemania Oriental o ex República Democrática Alemana (DDR). De hecho, en los llamados “nuevos Länder” vivían, en 2010, unos 2’1 millones de menores, es decir 837.000 menos que en el año 2000, una caída de casi el 29%.
Como causa de esta visible diferencia, Egeler mencionó, no sólo el declive de la tasa de nacimientos en el Este, también el movimiento migratorio en el interior de Alemania, desde el este hacia el oeste. Como observa Christine Kensche en el Welt Online, el motivo no es la falta de servicios de asistencia a la infancia y de guardería, cuya oferta es más amplia en el este.
Mientras que a nivel nacional la llamada “Betreuungsquote” es hoy del 23,1%, en Sajonia-Anhalt el porcentaje es del 56%, lo que significa que al menos un niño menor de dos años de cada tres frecuenta una guardería en el “Land”, cuya capital es Magdeburgo. Parecida es la situación en otros dos “Länder” del este, Brandeburgo y Mecklemburgo-Pomerania Anterior, donde el porcentaje es sólo un poco menor: el 51%.
Para incentivar los nacimientos y combatir el fenómeno de las “cunas vacías”, la primera coalición, guiada por la actual canciller democristiana Angela Merkel (2005-2009), lanzó un ambicioso proyecto para triplicar, en el año 2013, el número de guarderías para niños menores de tres años. Según los planes de Berlín, la “Betreuungsquote” deberá llegar al 38% en 2013.
Con sus 13’1 millones de menores, Alemania tiene el porcentaje más bajo de niños de todos los estados europeos: constituyen, de hecho, sólo el 16’5 de la población alemana (en 2000 eran todavía el 18’8%). Mientras que en Bulgaria (el 16’7) e Italia (el 16’9%) la situación es parecida a la alemana, en la vecina Francia, que se enorgullece de una tasa de fertilidad de dos hijos por mujer, el porcentaje es mucho más alentador: casi el 22%. También en Gran Bretaña, Holanda y los países escandinavos el número de niños supera el 20% de la población. La situación es mejor en Turquía, donde casi un ciudadano de cada tres es menor de 18 años. Casi el 32% de sus más de 72 millones de habitantes es menor.
Todo indica, además, que la proporción de niños en Alemania continuará descendiendo. En el año 2000 casi un ciudadano de cinco era menor de 18 años, pero, según las estimaciones de los expertos, en 2060 apenas un alemán de cada siete tendrá menos de 18 años. Se calcula, de hecho, que el porcentaje de menores caerá hasta el 15% en 2030 y hasta el 14% en 2060.
También la situación familiar de los niños muestra grandes diferencias entre el este y el oeste. Mientras que en los “Länder” occidentales, en el año pasado, el 79% de los niños crecía en núcleos familiares compuestos por padres casados, en la Alemania del Este el porcentaje era más bajo: el 58%. En el este el 17% de los niños vive actualmente en familias de hecho (también llamadas “Lebensgemeinschaften”), casi el triple con respecto al oeste donde el porcentaje es del 6%.
La forma de vida familiar que en el Este es la más común es la monoparental. En los “Länder” orientales casi una cuarta parte de los niños (el 24%) vive en un núcleo familiar monoparental, en el oeste el porcentaje es de un 15%. A nivel nacional, el porcentaje de personas que crían a un hijo sin la ayuda de un compañero/a aumentó del 13’5% del 2000 al 16’8% del año pasado.
En el este de Alemania la proporción de hijos únicos es también más alta: el 35% respecto al 24% de la parte occidental del país. Casi la mitad de los niños alemanes tiene un hermano o hermana menor o adulta, el 19% tiene dos y el 8% al menos tres.
El 52% de los menores alemanes vive en familias en las que ambos padres tienen ingresos. Este porcentaje desciende hasta el 28% para los niños de edad inferior a los tres años, lo que significa que en las familias con niños pequeños, uno de los padres -normalmente la madre- tiende a interrumpir temporalmente su carrera o actividad laboral. El 38% de los niños crece en una familia donde sólo uno de los padres trabaja y el 11%, en un núcleo familiar donde ninguno de los dos padres tiene una actividad laboral.
En la investigación se demuestra, además, que casi dos millones de niños alemanes (1’96%) viven en familias que dependen de los subsidios desembolsados en el marco del programa Hartz IV, es decir la debatida reforma social iniciada por la coalición rojo-verde, dirigida por el entonces canciller Gerhard Schröder, que entró en vigor en 2005.
Para las familias monoparentales, los subsidios sociales, o los llamados “Transferleistungen” (prestaciones de transferencia) son esenciales. En esta última categoría, por un niño de cada tres (el 33%) los beneficios sociales constituyen la principal fuente de ingresos de la familia.
Los niños que viven con padres solteros tienen más riesgo de pobreza que los demás. Mientras que este peligro amenaza al 15% de las familias con hijos, afecta, sin embargo, al 37’5% de los niños que viven con un padre soltero.
La Oficina Federal de Estadística, con sede en Wiesbaden (Hesse), publicó el pasado viernes 12 de agosto los últimos datos del número de niños nacidos fuera del vínculo matrimonial, un fenómeno en constante aumento en Alemania. Mientras que sólo el 15% de los niños nacidos en 1990 era “ilegítimo”, el año pasado este porcentaje aumentó más del doble, es decir casi un 33%. De hecho, los padres de 225.472 niños nacidos vivos en 2010 (de un total de 677.947) no estaban unidos en matrimonio, un 0’5% más con respecto al año anterior.
Como observa la web del Frankfurter Allgemeine Zeitung (12 de agosto), también las diferencias entre el este y el oeste son notables. En las regiones de la ex DDR, más de seis niños de cada diez (el 61%) actualmente nacen fuera del matrimonio. El porcentajes más elevado -el 64%- se registró en Sajonia-Anhalt y en Mecklemburgo- Pomerania Anterior.
En el oeste, sin embargo, esta proporción es más reducida: el 27%. Mientras que el nivel más bajo se da en la rica región de Baden-Württemberg, donde sólo el 22’1% de los niños nace de padres no casados, los “campeones” están en la parte occidental, las ciudades de Bremen (el 39%) y de Hamburgo (el 36%). Después está Schleswig-Holstein con el 35%. En la capital Berlín, sin embargo, un niño de cada dos nace fuera del matrimonio.
Con su 33% de niños “naturales”, Alemania permanece por debajo de la media de la Unión Europea, que según los datos del Eurostat alcanzaba, en 2009, casi el 38%. El país de la UE con mayor incidencia es Estonia (el 59%). Al otro lado de la escala destaca Grecia con casi el 7%. En Francia, sin embargo, poco más de la mitad de los niños nace de padres no casados (el 53%), en Italia casi una cuarta parte (cerca de un 24%).
Por Paul De Maeyer
[Traducción del italiano por Carmen Álvarez]