Nepal: Las minorías, contra un proyecto de ley anticonversión

Piden que se aplique la separación constitucional entre hinduismo y estado

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KATMANDÚ, miércoles 31 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Mientras Nepal se dispone a finalizar a marchas forzadas su nueva Constitución, cuya fecha límite de terminación estaba fijada para hoy pero que ha sido prorrogada, las minorías religiosas se movilizan contra un proyecto de ley anticonversión que se debate en el Parlamento.

Presentado por la comisión encargada de reformar el Código Penal nepalí, el artículo 160 prevé sancionar todo intento de conversión o desvío de la religión hindú “por cualquier método”, informa el boletín Eglises D’Asie, este 22 de agosto.

Si se aprueba, cualquier persona que sea sorprendida predicando otra religión distinta del hinduismo o distribuyendo textos religiosos no hindúes, podrá ser condenada a pagar una multa de 50.000 rupias (unos 485 euros) y a cinco años de prisión. La misma sanción se contempla para todo individuo que haya abatido a un bovino para utilizar o consumir su carne, una práctica prohibida por el hinduismo. Si quien contraviene la prohibición no es ciudadano nepalí, será inmediatamente expulsado.

Estas medidas, subrayan algunas organizaciones no gubernamentales como Christian Solidarity Worldwide, protestante, son todavía más restrictivas que las leyes anticonversión que vigen actualmente en algunos estados de la India.

Tanto para los cristianos, que se saben especialmente en el punto de mira de estas medidas, como para los partidarios de un estado laico en Nepal, esto supone un regresión de más de medio siglo, antes de “la apertura al mundo exterior” de un estado monárquico en el que el hinduismo era la única religión reconocida y autorizada.

Al día siguiente de la sesión parlamentaria del pasado 14 de agosto, donde el proyecto suscitó vivos debates, las minorías religiosas en Nepal anunciaron el lanzamiento de una gran campaña contra el artículo 160, temiendo que este no sea votado en la urgencia de la terminación de la Constritución y en razón del caos políticos causado por la dimisión del primer ministro nepalí Jhala Nath Khanal, y su sucesión por el maoísta Baburam Bhattarai.

Esta operación de sensibilización fue decidida tras una reunión celebrada en Katmandú la semana anterior, por iniciativa de la Iglesia católica y bajo la égida del Interreligious Secularism Protection Movement (IRSPM).

Reuniendo a responsables cristianos, musulmanes, budistas y baha’í, representantes de las principales comunidades aborígenes, así como diferentes partidos políticos, esta asamblea interconfesional representa una gran novedad en Nepal.

Los participantes lanzaron un llamamiento al gobierno recordándole que se dispone a violar los fundamentos sobre los que se apoya la nueva república nepalí y su Constitución provisional, que proclamó en 2006 la libertad religiosa y la laicidad del Estado.

“Esta proposición de ley va contra la laicidad del Estado ya inscrita en la constitución provisional”, afirmó Nazrul Hussain Falahi, líder musulmán y coordinador adjunto del IRSPM.

“A pesar de que Nepal se ha proclamado un país laico, sigue excluyendo a las minorías religiosas –afirmó Palsang Vajra Lama, monje budista y coordinador de la campaña del IRSPM. Uniéndose a otras minorías religiosas del país, denunció el hecho de que sólo las instituciones hindúes reciben ayudas del Estado, no siendo reconocidos como instituciones religiosas los monasterios budistas, iglesias, templos y mezquitas a falta de un estatuto jurídico claro.

Los líderes religiosos y políticos exhortaron también al gobierno a hacer figurar, como estaba previsto en la Constitución, las libertades de religión, expresión y opinión en la futura Constitución nepalí, y a crear una Comisión de Asuntos Religiosos, que contemple la representación de las minorías no hindúes, haga que se reconozcan jurídicamente y las proteja de toda discriminación.

En vísperas de la promulgación de la Constitución nepalí, el cambio reciente de la situación político-religiosa ha venido a alimentar los temores de las minorías. Tras la euforia que siguió a la caída de la monarquía y el rápido aumento de las religiones no hindúes, bajo el efecto de la laicización del Estado, especialmente las comunidades cristianas, sobre todo evangélicas y pentecostales, la escalada del extremismo hindú, proporcional al avance del cristianísmo, muy pronto marcó el fin de la tolerancia religiosa todavía incipiente en Nepal.

La manifestación más visible de esta violencia antirreligiosa fue el atentado mortal perpetrado en marzo de 2009 en la iglesia católica de la Asunción de Katmandú, por parte del Nepal Defence Army (NDA), un grupo nacionalista que propugna la vuelta a la monarquía y a la religión hindú.

El proyecto de artículo 160 se apoya en la convicción, reiterada por los hinduistas, de que los cristianos realizan conversiones forzosas. Una afirmación firmemente refutada por todas las comunidades cristianas. “Es una teoría sin fundamento, y es escandaloso que el gobierno la apoye” se indignó Isu Jang Karki, que lidera la Nepal Christian Society, la más importante federación de Iglesias protestantes del país.

“La ley no es contra los cristianos que realizan grandes servicios a nuestro país –dijo a la agencia AsiaNews el ministro de Justicia, Prabhu Sah–, sino contra la hegemonía creciente del cristianismo”. Informó que los hindúes y budistas se lamentan de las prácticas agresivas de conversión de algunas comunidades protestantes. “Estas quejas no se refieren a los católicos”, precisó.  

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ZENIT Staff

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