ROMA, jueves 2 febrero 2012 (ZENIT.org).- Benedicto XVI en La Habana probablemente anunciará que el patriota y sacerdote cubano Félix Varela es un nuevo Venerable de la Iglesia.

Todo dependerá del parecer que emita el 6 de marzo, la comisión teológica, compuesta por unos veinte prelados entre cardenales y obispos, pertenecientes a la Congregación de la Causa de los Santos.

ZENIT, al tomar conocimiento del hecho de una fuente no oficial, le preguntó al postulador general de la causa, el lasaliano Rodolfo Meoli, si era cierto. Meoli se limitó a confirmar que la Congregación de la Causa de los Santos se reunirá el 6 de marzo para deliberar sobre el siervo de Dios Félix Varela en base a los documentos presentados en la ‘positio’.

A diferencia de la canonización o beatificación, la proclamación de Venerable no requiere una ceremonia. Vale a decir que el papa podría en medio de una homilía o discurso en La Habana, indicar que Félix Varela es venerable.

La figura de Félix Varela como venerable podría despertar mucho entusiasmo en la Isla, que se sumaría al fervor que ha suscitado en el último año la peregrinación de la Virgen del Cobre, patrona de Cuba.

La figura de padre Varela es muy conocida y popular en Cuba. Si uno le pregunta a cualquier cubano quien es este prócer, la contestación más frecuente es: “Varela es aquel que nos enseñó a pensar”. Una frase hecha que condensa a este literato, filósofo, educador y sacerdote.

En la historia de la cultura cubana el padre Felix Varela ocupa de hecho un lugar de absoluta preeminencia por su contribución al desarrollo de la cultura nacional, por su acentuado patriotismo y su preclara virtud.

Su noble figura fue fuente de inspiración para las generaciones cubanas del inicio del siglo XIX, hasta hoy. Nacido en el paso crucial de dos siglos, supo hacer propias las inquietudes delante a los interrogantes de la razón preservando la esencia de la cultura cristiana y al mismo tiempo abriendo a las nuevas exigencias del pensamiento.

Fue profesor, educador y modelo de piedad para sus discípulos. En 1821 fue elegido y mandado como representante de Cuba a las Cortes de Madrid.

Las tres propuestas de ley que hizo durante su estadía en España fueron: de un Gobierno para las provincias de ultramar; la independencia y la abolición de la esclavitud.

No logró hacer pasar ninguna de dichas propuestas y tras el restablecimiento del absolutismo real en 1823 tuvo que dejar España; no pudiendo volver a Cuba se vio obligado a exiliarse en Estados Unidos, desde donde en Nueva York, continuó su batalla.

Al mismo tiempo fue un sacerdote ejemplar, realizando escuelas, construyó iglesias y evangelizó a los pobres e inmigrantes ayudándoles a integrarse.

Una vez que el siervo de Dios pasa a ser venerable, será necesario un primer milagro para la beatificación y un segundo milagro para la canonización.

Por H. Sergio Mora