Veo con gran esperanza la visita del papa a México y Cuba

Declaraciones del teólogo argentino Carlos Galli

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ROMA, jueves 1 marzo 2012 (ZENIT.org).- Aparecida y su mensaje pastoral para América Latina encuentra una fuerte coincidencia con el ministerio de Benedicto XVI. No una pastoral ofensiva o defensiva sino propositiva, no al síndrome del Arca de Noe pero sí a una barca de Pedro que evangeliza, y que en el próximo viaje del papa a México y Cuba puede concurrir –como Juan Pablo II contribuyó al cambio de la situación mundial- a mejorar muchas situaciones del pueblo y de la Iglesia en el continente latinoamericano.

Lo indicó este miércoles el teólogo argentino Carlos Galli, quien participó activamente en la redacción del documento de Aparecida, en una conferencia en la Universidad Gregoriana, dirigida a autoridades y docentes de la misma, diplomáticos y un público de expertos sobre el tema, en declaraciones a ZENIT.

El primer viaje de Juan Pablo II a Latinoamérica

El teólogo Galli sobre la relación entre la nueva evangelización y el viaje del Papa, recordó en entrevista a ZENIT que “el primer viaje de Juan Pablo II fue a Santo Domingo y a México el 25 de enero de 1979, en Puebla de los Ángeles. Allí surgió la frase “Juan Pablo II te quiere todo el mundo”. Que luego se cantó en muchos viajes pastorales. Allí, el papa Wojtyla quedó deslumbrado por la religiosidad popular mariana a la Virgen de Guadalupe y la interpelación de tantos hermanos latinoamericanos pobres, como lo cuenta su secretario monseñor Stanislao Dziwisz , en su libro Una vida con Karol.

A partir de allí la opción preferencial por los pobres

El sacerdote argentino consideró que Juan Pablo II a partir de allí “fue madurando lo que dijo en 1984 ‘La opción por los pobres es la de Jesús’ y por lo tanto también la mía”. Y recordó que “fue el primer papa que visitó Cuba y que dio un gran paso en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. La Iglesia Universal y el episcopado local que ha sufrido tanto en los últimos 50 años”.

El Papa vuelve”

“Creo que la actual visita del papa Benedicto –prosiguió- que ya fue una vez a América Latina, a Brasil al santuario de Aparecida y a San Pablo, para inaugurar la V Conferencia general del episcopado latinoamericano, ahora se encuentra bien expresada en esa frase ‘el Papa vuelve’. Quiere decir: vuelve a encontrarse con el pueblo latinoamericano en México en donde está la madre y patrona de toda Latinoamérica, la Virgen de Guadalupe y al mismo tiempo en Cuba, en una posible nueva fase de relaciones entre el catolicismo y el gobierno del país”.

Una gran esperanza

“Veo con esperanza –añadió- tanto la visita a México como a Cuba, y no sería de extrañar que así como Juan Pablo II por su ministerio pastoral, su figura cultural, su responsabilidad histórica, contribuyó al cambio de la situación mundial que se expresó en 1989, el pontificado de Benedicto contribuya a mejorar muchas situaciones del pueblo y en la Iglesia de Cuba”.

La pastoral de Benedicto XVI

Sobre el ministerio del papa Benedicto el teólogo latinoamericano recordó que “es una pastoral de sí, si al amor de Dios en la belleza, la alegría y la fuerza de la fe en Jesucristo, como indicó en su reciente discurso a la curia romana, hablando de un nuevo modo de ser cristiano. Y porque le digo sí a la vida en Cristo según el evangelio, le digo no a lo que se opone a la dignidad humana y a la voluntad de Dios al proyecto de vida según el evangelio. Pero sólo cuando hay un sí puede haber un no”.

Porque, añadió el profesor Galli, “una pastoral defensiva u ofensiva que solamente se defiende del ataque o que ataca defendiéndose es una pastoral que conduce a caminos que se pierden en el bosque. Tenemos que hacer una propuesta alegre, convencida positiva, propositiva y no reactiva. Que sea feliz, entusiasta, comprometida, sólida, y radiante, que trasmita el desborde de la alegría Cristo, la que queremos transmitir en la vida personal y social”.

El mensaje de Aparecida: una misión continental permanente

Poco antes, en la conferencia, el padre Galli precisó que el corazón del mensaje de Aparecida es el de “una misión continental y permanente”. Continental porque “todos en América Latina y Caribe estamos en misión” y permanente porque “no es episódica, no es coyuntural. Ha comenzado hace cinco siglos, se va renovando, se reinicia y tiene que durar mucho tiempo”. 

Y esto “ no va a llevar cinco años sino al menos todo el siglo XXI. La primera evangelización la hicieron los misioneros, la nueva debemos hacerla todos”.

“No solo porque afrontamos –indicó- los nuevos desafíos, ciertamente sí; no sólo porque obedecemos al mandato del evangelio, ciertamente sí; sino porque respondemos a lo que es profundamente ser cristianos: encontró el tesoro, la perla y con alegría lo quiere compartir”.

No es marketing ni contraofensiva, es irradiar la alegría de Cristo

La Iglesia no tiene una misión, pero es una misión –precisó–, con una naturaleza peregrina que la lleva a ser evangelizadora, “en un estado de misión permanente que no es proselitismo ni marketing. Es atracción”.

Pero atención, indicó: “Aparecida no legitima ninguna cruzada para la reconquista católica de América Latina, no es una contraofensiva pastoral contra otros, es un proyecto de la religión católica, una actitud ecuménica e interreligiosa para irradiar la alegría de Cristo”.

Una “propuesta positiva del sí delante del fuego cruzado del fundamentalismo y el secularismo, entre una religión sin razón y una razón sin religión. Reconociendo la armonía entre la fe y la razón”.  

Devoción popular

En Aparecida el tema de la devoción popular entró enteramente citando a la Evangelii Nuntiandi. Sí, le indicó al auditorio, pues “el humanismo católico latinoamericano se expresa en la piedad popular”. Baste pensar que “el 80% peregrina al menos una vez al año a un santuario”.

En un continente, donde uno de cada tres es pobre, es siempre central “la opción preferencial por los pobres, en donde están, allí está Cristo. Con 81 millones de niños bajo la línea de la pobreza, no como tema económico sino de fe”.

Con gran consenso de los obispos

Recordó que las directivas emanadas de Aparecida obtuvieron un gran consenso de los obispos que las aprobaron por gran mayoría. “A pesar de que alguna noticia dijo lo contrario” y si quedara alguna duda “los votos los tenemos allí” dijo.

Una Iglesia la de Latinoamérica que está llamada a tener su rostro y por lo tanto su voz en la asamblea general, en un continente, América, en el que está el 65% de los católicos, de los cuales el 45% en América Latina. Un continente que requiere una pastoral urbana pues el 85% vive en ciudades, siendo el continente más urbanizado del mundo.

No un síndrome de Arca de Noe. Sí a una misión

Y al terminar, señaló “la esperanza de la evangelización” en la que “la barca de Pedro no es el arca de Noe para salvarse del mundo, sino la barca a través de la cual el señor es timonel”. Y concluyó: “Son dos lógicas distintas, la del refugio y la de la misión”.

Por H. Sergio Mora

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ZENIT Staff

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