La estrategia del descrédito no prevalecerá

El cardenal Giovanni Lajolo aclara las dudas y rechaza las intoxicaciones

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes 9 marzo 2012 (ZENIT.org).- En una entrevista publicada en el blog Stanze Vaticane, del sitio Mediaset Tgcom24 (http://stanzevaticane.tgcom24.it/2012/03/08/le-lettere-di-mons-vigano-le-spese-del-governatorato-e-il-vatileaks-intervista-al-card-lajolo-in-azione-forze-ostili-alla-chiesa/), el cardenal Giovanni Lajolo, presidente emérito del Gobernatorado Vaticano, aclara las dudas y rechaza las intoxicaciones que se han difundido a través de los medios de comunicación.

En el curso de una transmisión televisiva de una televisión privada italiana, se hicieron públicas las cartas que monseñor Carlo Maria Viganò, exsecretario general del Gobernatorado Vaticano, había enviado al papa Benedicto XVI y al cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone.

En estas cartas, monseñor Viganò, actual nuncio apostólico en Estados Unidos, suscitaba dudas sobre presuntos hechos de corrupción, dipendios de dinero y operaciones financieras poco transparentes.

En la entrevista publicada por el Tgcom24, el cardenal Lajolo afirma que «monseñor Viganò partió de sospechas, que se han revelado infundadas, y se puso sobre una pista equivocada».

«Me siento amargado al ver cómo la opinión pública ha sido influenciada de manera tan negativa, con turbación también de muchos fieles», dijo el presidente emérito del Gobernatorado Vaticano.

Según el purpurado, de monseñor Viganò se dio una imagen negativa por lagunas noticias de prensa y ha quedado profundamente herido. «Al buscar a los responsables, partió de sospechas, que revelaron infundadas, y se puso sobre una pista equivocada, que le llevó a inscribir su caso en un marco más amplio con una serie de análisis que un examen más atento y desapasionado ha revelado erróneos».

A la pregunta sobre los costes del Nacimiento de la plaza de San Pedro de 2008, el cardenal Lajolo explicó que «no hay detrás ningún dispendio injustificable» porque «el costo de aquél nacimiento, incluía la instalación del Árbol de Navidad y de numerosos nacimientos menores distribuidos por la Ciudad del Vaticano; los Servicios Técnicos del Gobernatorado habían además procedido a realizar una nueva estructura de sostén en carpintería metálica, un nuevo sistema de iluminación y a la adquisición de nuevos materiales, en gran parte de poliestireno, todos elementos que fueron luego empelados en los nacimientos de los años sucesivos». Por este motivo, los nacimientos de los años sucesivos costaron menos, pudiendo usar elementos ya adquiridos y siendo también menos complejos como arquitectura y además notablemente más pequeños.

Sobre una operación de diciembre de 2009 en la que se perdieron dos millones y medio de dólares, de los que habla monseñor Viganò, el cardenal Lajolo ha precisado que «probablemente se basaba en una fluctuación desfavorable del cambio a corto plazo, pero no tenía en cuenta la evolución positiva a largo plazo y los rendimientos adquiridos».

«Puedo decir –sostuvo el purpurado- que el APSA Sección Extraordinaria, a la que confié las inversiones financieras del Gobernatorado en marzo de 2009, en aquél mismo año 2009 realizó una recuperación del 24,6% de las pérdidas de 2008, y esto gracias también a la consultoría de la Comisión de Finanzas y Gestión instituida por mí en 2008».

«En 2010 –añadió- la obra de recuperación continuó, y el balance de gastos del Gobernatorado fue ampliamente positivo: esto por el hecho de que no estaba ya gravado por pérdidas financieras de 2008 y en particular gracias a la acción del APSA Sección Extraordinaria y a las entradas de los Museos Vaticanos».

A la pregunta sobre quién está detrás de este «Vatileaks», el cardenal Lajolo respondió: «Son posibles varias interpretaciones. Por mi parte no puedo sustraerme a la impresión de que algún empleado de la Curia, frustrado en sus ambiciones, haya creído poderse compensar con producir secretamente una acción de confusión, y haya encontrado a algun conocido en el mundo de los medios, que se ha aprovechado enseguida de ello. Que luego esto suceda justo en este momento, mientras la Iglesia se está preparando con empeño al Año de la Fe, es especialmente desagradable. Pero la Fe vencerá».

Y concluyó: La «estrategia de la confusión», haciendo erróneamente pensar que el Vaticano sea una barca sin motor, mira a desacreditar la fuerza del gran mensaje pontificio y del gobierno de la Iglesia, quitando la atención de los aspectos positivos y centrándola en episodios ciertamante desagradables, pero ocasionales y marginales. Pero no prevalecerá».

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ZENIT Staff

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