Por H. Sergio Mora
ROMA, domingo 11 marzo 2012 (ZENIT.org).- Benedicto XVI encontró el sábado 10 al arzobispo anglicano de Canterbury, Rowan Williams, en la iglesia de San Gregorio en el Celio, donde se celebraron las vísperas. Desde este templo construido sobre la casa de San Gregorio Magno, en el IV siglo, partieron los apóstoles Agustín de Canterbury y 40 monjes para evangelizar a Inglaterra.
Aquí en el Celio e iglesia de San Gregorio, el actual rector del monasterio de los benedictinos cistercienses, Peter Huges, originariamente presbítero anglicano y hoy sacerdote católico, entró en 1998 en un recorrido monástico en el Cister cercano a la ciudad de Arezzo, y después fue acogido por la Iglesia católica en 2000. Hace poco ha sido ordenado sacerdote.
A los lectores de ZENIT, el padre Peter Huges cuenta su recorrido, el respeto de sus orígenes anglicanos, de las dificultades y esperanzas de hoy, entre la Iglesia anglicana y Roma, y como este encuentro dará un nuevo empuje al verdadero camino ecuménico.
¿Ud. era anglicano y en el 2000 entra en la Iglesia católica, es exactamente así?
–Padre Huges: No exactamente. En 1998 inicié una experiencia de vida monástica en el eremo de Camaldoli en Arezzo, donde está nuestra casa madre que este año celebra los mil años de la fundación hecha por San Romualdo.
Aquí fui acogido por la comunidad monástica, que sensible a un empeño ecuménico me acogió en la Iglesia católica, reconociendo mis orígenes en aquella anglicana. Obviamente no era posible reconocer mi sacerdocio por lo que viví estos últimos años como monje católico y anglicano, sintiendo esto como algo más. Como fue el momento en el cual pasé de la Iglesia católica sin renunciar a mis orígenes.
¿Hay una pastoral específica para los anglicanos que quieren entrar en la Iglesia católica?
–Padre Huges: Mi camino personal fue diverso porque no había pensado en convertirme. En el caso de los anglicanos que quieren entrar en la Iglesia católica, está la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus, que prevé un ordinariato para encontrar una acogida, en el que se puede valorizar también el patrimonio de la Iglesia anglicana, sin perderlo, con un momento de transición hacia la religión católica.
¿Ud. estaba casado? Porque en otros ritos de la Iglesia se permite
–Padre Huges: No, contrariamente no hubiera podido ser monje.
¿Monje camaldulense, por qué esta comunidad religiosa?
–Padre Huges: La primera experiencia fue en 1998, fue muy fuerte y pedí prolongarla y me dieron la posibilidad de quedarme otro años hasta 1999 como presbítero anglicano huesped.
Durante este período mi camino monástico se desarrolló y vimos que existía la posibilidad de integrarme a esta comunidad. Según el derecho canónico solamente se puede ser monje camaldulense si uno es católico.
Camaldoli tenía esta sensibilidad a nivel ecuménico, dialogar, apertura a la cultura moderna, por lo tanto para mi fue un contexto para vivir el empeño monástico con un horizonte más vasto.
Hoy usted es monje ¿también sacerdote?
–Padre Huges: Mi presbiteriado anglicano no podía ser ejercitado en la Iglesia católica. El año pasado fui invitado a tomar responsabilidad aquí en San Gregorio en el Celio y me pidieron si quería ser ordenado presbítero en la Iglesia católica.
¿Y entonces?
–Padre Huges: Después de un período de reflexión y también de consultas entre las Iglesias católica y anglicana, con la que tengo aún relaciones muy cercanas, decidí aceptar la invitación. Lo veo como una llamada a ejercer con mayor plenitud este ministerio de guía de una comunidad, al ser presbítero de la Iglesia. El miércoles pasado fui ordenado presbítero por el arzobispo Bruno Forti, aquí en San Gregorio.
¿El papa se encuentra con el número uno de la Iglesia anglicana o el número uno es la reina?
–Padre Huges: La reina no es jefe de la Iglesia anglicana. Desde el punto de vista constitucional es el gobernador supremo. En cambio, a nivel de gestión de la vida eclesiástica son los obispos, el primado y arzobispo de Canterbury.
El hecho que muchos anglicanos se hayan hecho católicos ha creado problemas? ¿Cómo fue visto?
–Padre Huges: Es necesario tomar en consideración que la respuesta del santo padre fue pastoral a una solicitud de anglicanos y exanglicanos que querían entrar en plena comunión con la Iglesia de Roma.
Pastoral, sí ¿y también un camino ecuménico?
–Padre Huges: El camino ecuménico tiene una finalidad un poco diversa. Tiene en vista la posibilidad de llegar a un punto de reconocimiento recíproco en el que las Iglesias se pueden acercar a través del reconocimiento mutuo de ministerios y sacramentos. Este camino se empeña en el diálogo teológico sobre sacramentos, la doctrina del ministerio, la doctrina de la Iglesia, para acercarse en aquel punto en el que se llegue a la plena comunión de fe y sacramentos. Este es el camino ecuménico de la Iglesia.
¿En que punto se encuentra este camino? ¡Una pregunta para nada simple!
–Padre Huges: El punto depende de las personas que están haciendo el camino y pienso que este encuentro se inserta en el deseo de darle empuje. Es un momento en el que se puede reencender la esperanza. Cuando hay un encuentro significativo entre el santo padre y el jefe de otra Iglesia significa que a través del este encuentro y su simbología de fraternidad, condivisión, deseo de encontrarse en comunión, entonces los fieles de ambas las Iglesias encuentran inspiración y están
¿Las ordenaciones femeninas y otras innovaciones complican mucho las cosas?
–Padre Huges: Sí, complican mucho el camino ecuménico entre la Iglesia católica y la anglicana. Porque la Iglesia católica no reconoce como posibilidad la ordenación femenina. Es un obstáculo más a nivel institucional. A pesar de todo las Iglesias decidieron seguir con las conversaciones y esto es importante, incluso si existen diferencias fundamentales, por ejemplo sobre el ministerio del orden.
¿La Iglesia anglicana tiene continuidad apostólica o se ha roto?
–Padre Huges: Depende de lo que se entiende por continuidad. Desde el punto de vista de la tradición anglicana la continuidad apostólica consiste en la fidelidad a Cristo y su mandato a los apóstoles, que se expresa a través de una estructura tradicional que existe en ambas iglesias, o sea los obispos, presbíteros y diáconos. El obispo tiene el rol de representar y garantizar esta fidelidad a los orígenes. La diferencia emerge en el modo de concebir el rol de garantía. Si uno lo concibe como una cadena ininterrumpida de un obispo a otro, entonces es muy difícil, porque históricamente en toda la Iglesia existieron momentos difíciles en los cuales la cadena sufrió una cierta rotura. De todos modos la garantía llega a través del rol del obispo como custodio, incluso si en la Iglesia católica se toma en consideración la cadena, sin excluir de todos modos la fidelidad del obispo.