China, católicos encuentran consuelo al conocer lo que dice el Papa

Entrevista a un misionero europeo clandestino

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Por H. Sergio Mora

ROMA, jueves 15 marzo 2012 (ZENIT.org).- La palabra del papa se logra conocer en China continental a pesar de las limitaciones de internet que prohiben el acceso a ciertos portales, y esto es un elemento de consuelo para los católicos. La web del Vaticano es accesible, e incluso en las iglesias de la Asociación patriótica, contrarias al vínculo con Roma, ponen fotos visibles del papa.

Lo indicó este jueves un misionero europeo radicado en Oriente y de paso por Roma, quien estuvo diversas veces haciendo apostolado y dando los sacramentos en China continental de manera clandestina.

Lo hizo en una entrevista concedida a ZENIT, de la cual transmitimos algunos particulares interesantes, aunque por motivos obvios no el nombre del sacerdote.

Una situación compleja la de China, –indicó- pues como dijo el cardenal John Tong Hon, las autoridades chinas quieren encuadrar en la Asociación Patriótica, a obispos y sacerdotes para separarlos de Roma, lo que la vuelve incompatible con la doctrina católica.

El sacerdote indicó que la visa para ir a China continental tiene que ser por turismo u otros motivos pues está prohibida la actividad pastoral. Y cuando rarísimamente lo permite, tiene que ser con el control de las autoridades. Las misas para grupos de occidentales son toleradas, en cambio no lo son para las personas locales.

La revolución cultural y Asociación patriótica

El sacerdote entrevistado recordó que Pekín, después de haber expulsado a los misioneros y sacerdotes en 1953, impuso cuatro años después la Asociación patriótica que rechaza la universalidad de la Iglesia y su vínculo con Roma. Los católicos fieles al papa pasan a ser parte de la Iglesia clandestina.

Iglesia no oficial y clandestina

“Hoy en día en China –indicó el misionero- hay una cierta libertad de culto pero no religiosa. A pesar de ello los católicos no piensan en irse y quieren vivir su fe en su casa”.

Y precisó que “existe además la Iglesia no oficial, no sometida al gobierno aunque bajo el control del mismo. Entre las tres Iglesias en algunos casos hay colaboración y en otros no. En las grandes ciudades todo pasa más desapercibido, no en cambio en los poblados, donde todos saben todo de todos y donde es más fácil ser individuado y denunciado por los mismos compatriotas”.

Una cierta libertad de culto pero no de religión

“Puedes ir a misa en la catedral de Shangai, confesarte, ir a misa. Es entretanto la Iglesia oficial. El problema es la zona gris, aunque la comunión tiene que ser visible. Una religiosidad que puede ser practicada aunque no en su plenitud a no ser que uno quiera ser mártir. De todos modos tarde o temprano hay compromisos que revelan lo que la persona es. O sea  hay una relativa libertad de culto pero no libertad religiosa”.

Entretanto el entrevistado consideró que “no se puede condenar a priori a quienes frecuentan la Iglesia patriótica y de los cuales muchos desean la comunión con Roma, pues no todos deben responder con el mismo grado de heroicidad”.

Indicó que obispos y miembros de la Asociación patriótica han relatado su comunión con Roma, si bien ahora no puedan manifestarlo. Entretanto precisó que ellos no tienen otras discordancias, sea en materia de dogmas o de fe.

“Conozco a obispos y sacerdotes con convicciones espirituales sinceras –indicó- aunque reconozco también que puede ser un medio apetecible para un oportunista”.

“Claro que la patriótica o la no oficial –prosiguió- es una iglesia amordazada, donde por ejemplo no se puede hablar contra la política del hijo único, que significa aborto e infanticidio”.

Se estima que en China haya 21 millones de católicos, aunque no hay estadísticas, un número importante que entretanto es un porcentaje mínimo en una población de 1.300 millones de habitantes. “Un número de fieles que aumenta y la situación de persecución hace que estos sean muy sinceros” indicó.

El sistema

Un sacerdote enamorado de su misión en China, que precisa “No soy un disidente y reconozco las dificultades objetivas”. En la opinión del sacerdote, el régimen necesita tener el control absoluto. No solamente en la política pero también en el sector religioso pues considera que ésta es un mal que hay que extirpar, mismo el budismo y otros credos. Particularmente la católica que por su naturaleza está vinculada al mundo entero y autoridad moral”.

“El sistema tiene temor de la Iglesia, pues predica la dignidad y la verdad, mensajes que para el sistema son muy peligrosos –indicó el misionero- pues el comunismo es de masa, arrollador en el que uno es nada. Las pocas gotas de agua que brotan y se sienten son de la Iglesia católica que recoge a los niños abandonados, en un país en donde el aborto en tantos casos además de obligatorio es considerado normal”.

Un retiro clandestino

Contó de un retiro que se realizó clandestinamente. “Allí una señora trabajadora en la sanidad me confió que estaba embarazada. Yo le dije que era una alegría. Ella precisó llorando que en el hospital tienen que llevar el control del embarazo y por lo tanto si no abortaba iba a perder su trabajo, pero ella estaba decidida a proteger a su niño”.

Por realizar un retiro o una reunión se puede terminar en la cárcel, como hace poco le sucedió a Joseph WangHu, un ex alumno en Roma, de la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, que fue arrestado por tener una reunión sobre religión con unas pocas personas y que pocos días atrás fue liberado. “Ahora se encuentra en libertad controlada, tiene que participar en clases de adoctrinamiento político y sin la posibilidad de tener un teléfono. Entretanto el sabe de otros dos sacerdotes detenidos” dijo.

Y concluyó recordando que “el desafío inicia por no ser superficial. No se puede hablar mucho porque son pocos los que logran conocer la realidad profunda de China”.

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ZENIT Staff

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