Shénouda III o la fuerza espiritual y el impulso pastoral del monaquismo copto

Afirma Gregorio III, patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, de Alejandría y de Jerusalén

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RABOUÉ, martes 20 marzo 2012 (ZENIT.org).- “Perdemos un amigo con el cual estábamos unidos desde largos años. Ya en los años 60 y anhtes de su elección a la cabeza de su Iglesia en 1971, quien sería el futuro Shneouda III, colaboraba en nuestra revista ecuménica Al Wahda fil Iman (La Unidad en la Fe), aportándole su visión siempre lúcida y profunda”. Son palabras de Gregorio III, patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, de Alejandría y de Jerusalén, hechas públicas este 19 de marzo, con motivo de la muerte del “papa copto” Shénouda III.

A la vuelta de una gira de más de quince días por las conferencias episcopales y cancillerías europeas, Gregorio III, patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, de Alejandría y de Jerusalén, dejó Beirut para ir a El Cairo a participar en los funerales nacionales de Shénouda III, expresando así la unión y cercanía de la Iglesia grecomelquita con la Iglesia copta ortodoxa.

“Shénouda III fue el patriarca de la mayor Iglesia ortodoxa de Medio Oriente, encarnando en su persona toda la historia de su Iglesia”, declaró Gregorio III, antes de saludar “la presencia de la Iglesia copta en este mundo árabe, su fuerza espiritual, su monaquismo y su impulso pastoral que Shénouda III encarnaba tan perfectamente. Esta Iglesia, como decía monseñor Elias Zoghbi, largo tiempo vicario patriarcal de El Cairo, es la única Iglesa no católica que ha sabido renovarse sin jamás negar sus constantes. Queremos saludar en particular las diferentes aproximaciones y sobre todo concreciones en estos campos tan delicados como esenciales como el Concilio de Calcedonia o aún la Encarnación. Signo tangible de esta aproximación entre la Iglesia copta ortodoxa y la Santa Sede la firma el 10 de mayo de 1973 en Roma de la Declaración común de Fe en la Encarnación del Hijo de Dios y la participación del papa Pablo VI en la construcción de la catedral de San Marcos de El Cairo”.

“Shénouda III ha sido un patriarca del más alto pensamiento espiritual que ha sabido siempre ser accesible a todos por las prédicas y sermones que permanecen en la memoria, servidos por un espíritu y un sentido del humor completamente faraónico y egipcio”.

El patriarca Gregorio III ha evocado las celebraciones de la Natividad del Señor en El Cairo según la tradición copta, a las que el patriarca melquita no ha faltado nunca, desde su elección a la sede de Antioquía de los grecomelquitas en 2011, y que le han permitido estar cada año al lado de Shénouda III, antes de unir su “oración a la de toda la Iglesia copta ortodoxa para el reposo del alma de su añorado pastor y que el Santo Espíritu ilumine los corazones para que el sucesor designado permita a la Iglesia copta proseguir su misión toda particular”.

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ZENIT Staff

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