Por Paloma Rives, enviada especial
ROMA, sábado 24 marzo 2012 (ZENIT.org).- Somos setenta periodistas acreditados. Son las 5 y media de la mañana del viernes 23 de marzo. Tenemos todo listo: pasaporte, acreditación, reserva del avión, visa de periodista para entrar a Cuba, el itinerario completo y por supuesto los datos del vuelo papal para la visita de su santidad Benedicto XVI a México y Cuba.
Nos ubicamos en la terminal 3, módulo 249, 250 y 251. Muy temprano, demasiado. Tal vez por la precaución excesiva de ser puntual. Caminamos pero, como no han dado las seis de la mañana y la cita era a las 6 y media, los módulos se encuentran casi vacíos. Una sensación extraña empieza a invadir hasta que nos encontramos con Maria Antonieta Collins, de la cadena televisiva Univisión. Así, poco a poco, llegan mas periodistas que, a partir de ese momento, nos convertiremos en compañeros de viaje, compañeros de jornada y, por supuesto, de profesión. En algunos se observan sonrisas, hay otros que ya están acostumbrados y no falta quienes nos llenamos de esperanza en el aeropuerto internacional Leonardo Da Vinci de Roma. ¿Quiénes son los periodistas acreditados en el vuelo papal? ¿cuántas veces han cubierto una visita pastoral? ¿cuál es su postura religiosa? En sí, quiénes y cómo viajamos con Benedicto XVI a México y Cuba.
Mientras esperamos indicaciones para recoger la trajeta de embarque, recuerdo el día anterior en la sala de prensa de la Santa Sede. Era todo un escenario intercultural. Escuchamos muchos idiomas distintos en un solo espacio: español, italiano, francés, en fin, todo un universo de cámaras, locutores, redactores, enviados especiales. Ya en ese ambiente, conversamos con Jorgen Erbacher Zaf, quien trabaja para la Televisión Alemana. Erbacher ha realizado la cobertura de mas de veinte viajes de Benedicto XVI. Inició su carrera en Radio Vaticano en Roma y responde de manera muy sencilla:
¿Cuál ha sido el mayor reto al que se ha enfrentado en estas coberturas? –“En todas las visitas es muy importante observar los principales problemas de cada país y cómo el papa se pronuncia en cada uno de ellos. En esta ocasión –México- donde la gente necesita esperanza en el futuro, el papa dirigirá un mensaje de paz y de tolerancia. Lo mismo sucede en Cuba. Las condiciones piden a las personas aumentar su fe y amor. Será muy interesante escuchar y analizar los mensajes para poder transmitirlos. Otro aspecto que es un verdadero reto es el cumplir con cada una de las actividades y condiciones de la agenda”.
En ese momento, Jorgen Erbacher lanza una mirada como aconsejando y termina: “debemos estar atentos y preparados en todo momento para cumplir en tiempo y forma”.
Efectivamente, los niveles de protocolo y puntualidad son mucho mayores que en cualquier otro encargo de corresponsalía o cobertura informativa. El programa de trabajo que nos entregaron con la acreditación no deja ni un solo cabo suelto. Horarios de reunión, de salidas, números de habitación, eventos a los cuales tenemos acceso, reseña de cada lugar a visitar, código de vestimenta, en fin, un verdadero ejemplo de protocolo, organización y logística.
Tal vez por eso llegamos al aeropuerto no sólo puntuales sino, incluso, antes de la hora señalada.
Nos solicitan el pasaporte y el talón del boleto y con mucha amabilidad nos entregan la tarjeta de embarque.
Existe un frase que asegura que la alegría difícilmente puede disimularse. Es completamente cierta.
Son ya las 7 y media de la mañana hora de Roma, 12 de la noche del día anterior, hora de México. Los periodistas de los canales de televisión inician sus enlaces en vivo.
Otros nos ponemos a subir los “upgrades” a Facebook y a realizar algunas entrevistas. Aún cuando estamos sumamente entretenidos, las mariposas no pueden dejar “revolotear” en el estómago dejando un vacío que incluso llega a molestar un poco. Es la emoción, los nervios, la responsabilidad. Una vez más resuena en el interior: todo lo que sea necesario para lograr de esta encomienda lo esperado. El estómago no se tranquiliza fácilmente.
Mientras tanto, conversamos con Pedro Ferriz de Con quien tiene una sólida carrera como periodista en México. Amablemente y con mucha camaradería, Ferriz de Con explica su visión acerca del papa Benedicto XVI: –“En este mundo y en este tiempo estamos ávidos de líderes. No hay muchos liderazgos. La juventud necesita líderes, la sociedad en lo general necesita liderazgos y yo creo que lo que mas necesitamos es saber que el futuro es cierto y confiable. A partir de lo que estamos constantemente viendo pareciera que no hubiera futuro. Hay violencia, hay desempleo, hay inoperancia de las instituciones hay formas que nos llevan a la desesperanza. Alguien tiene que llegar a decirnos que con unidad, con racionalidad, con civilidad y con trabajo y compromiso y una conciencia comunitaria podemos hacer viable este mundo. Me da la impresión que las instituciones del hombre trabajaron por un tiempo y hoy todo está “haciendo agua”. Entonces deben llegar liderazgos como el de Benedicto o como el de la Iglesia como institución para hacernos ver que hay un camino”.
Hay quienes defienden su fe a pesar de ataques que reciben de manera sistemática. ¿Qué opina usted al respecto? Ferriz de Con, al escuchar la pregunta, toca un tema que lleva a la reflexión, la permanente lucha del hombre por decidir sobre la existencia de la espiritualidad: –“Dentro de esa decisión tienes que llegar a una conclusión: ¿Dios existe o no? Entonces hay dos caminos. O llevas un camino de fe y eres creyente o entras en un esquema de ateísmo y rechazas la idea de que hay una vida después de la vida. Yo he conocido ateos que al final de sus días creen y he conocido católicos o creyentes que a final de sus días dejan de creer por cuestiones que viven a lo largo de sus experiencias. Siempre ha habido una persecución entre el que cree y el que no cree con un matiz: el que no cree está “blindado” porque es una postura muy liberal, muy “valiente”. El que no crea que haya un Dios, ¡allá él! pero la persecución cristera siempre ha existido. Desde que dijo Cristo los que me sigan lo van a pasar mal, lo hemos pasado. Hemos sido señalados, vistos, perseguidos y así será creo hasta el final.
¿Pedro Ferriz de Con es creyente?, pregunto. –“Yo sí. Aparte de que nací y crecí en una familia católica muy creyente, yo he estado cerquita de la muerte y sé lo que se siente”.
Una voz suena en las bocinas ambientales de la sala H14. Anuncian el abordaje del avión. Seguramente en el trayecto, seguiremos conociendo a quienes –en ocasión del viaje del papa Benedicto XVI a México y Cuba- compartimos su luz.