ROMA, viernes 27 abril 2012 (ZENIT.org).- Este viernes a las tres de la tarde se abrió, en la Facultad de Economía de la Universidad Tor Vergata de Roma, Italia, el «Encuentro europeo de delegados nacionales de Pastoral Universitaria», promovido por el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).
La apertura del encuentro ha estado a cargo de monseñor Lorenzo Leuzzi, obispo auxiliar de Roma, secretario de la Sección de Universidad del CCEE, que ha presentado los trabajos.
El encuentro de hoy –ha dicho el prelado- se sitúa entre el vivido en Madrid, en septiembre pasado, y la próxima Asamblea ordainaria del Sínodo de los Obispos.
En el encuentro de Madris, monseñor Nikola Eterović, secretario general del Sínodo de los Obispos, había urgido a las conferencias episcopales a prestar gran atención al mundo universitario en la reflexión sobre la nueva evangelización, tanto en referencia a la formación de las nuevas generaciones como a la elaboración de una nueva cultura para el tercer milenio.
El encuentro de hoy, que precede al de los estudiantes provenientes de 23 países europeos, dijo el prelado, «quiere ser un momento no solo de intercambio y de recogida de las diversas experiencias en los países, promovidas por las conferencias episcopales nacionales, sino de definir algunas líneas de proyectación pastoral a proponer a la secretaría general del Sínodo.
El obispo presentó dos premisas. En primer lugar, «no puede y no debe olvidarse la importancia del continente europeo para la misma comprensión del concepto de nueva evangelización. Europa es el lugar teológico por excelencia de la nueva evangelización, por su historia, por la misma vida de la comunidad cristiana. Europa es el lugar en el que la fe cristiana es urgida a pensar en sí misma y en su misma capacidad de responder a las expectativas fe la modernidad».
En segundo lugar, «si la nueva evangelización no puede agotarse, so pena de su inmediata esterilidad, en una renovada programación pastoral, aunque sea animada por experiencias espirituales y de misionariedad elevadas, sino que quiere alcanzar en profundidad la nueva situación histórico-cultural del continente, entonces es esencial una nueva relación con el mundo de la cultura universitaria. Si en el pasado en el mundo universitario la fe cristiana fue capaz de orientar la investigación cultural, hoy en en la Universidad donde la fe cristiana debe empeñarse en comprender las dinámicas socioculturales y a testimoniar que el evento de la Encarnación y de la Resurrección han realmente encontrado la historia y son fuentes de su interpretación y de orientación».
Y aludió a dos condiciones: «para responder a las expectativas de la nueva evangelización es necesario sobre todo el relanzamiento de la reflexión teológica. La pastoral, también la que comunmente es llama ‘ordinaria’, no puede prescindir de la reflexión teológica que la sostiene y la declina en las diversas experiencias de evangelización».
La segunda «es aquella, ya subraya por Juan Pablo II, relativa a la viva preocupación de la formación de la clase dirigente de un país. En esta opción se revela la convicción de la entera comunidad cristiana de que el Evangelio es todavía capaz de orientar la historia, o mejor añun, que la Iglesia es capaz de ejercer aquella diaconía que, como recuerda Benedicto XVI, es necesaria para el futuro de la humanidad».
Tanto las dos premisas como las dos condiciones para la nueva evangelización, dijo monseñor Leuzzi, «exigen de modo improrrogable la promoción de la pastoral universitaria en todas las Iglesias locales, especialmente en aquellas con sedes universitarias».
«Las experiencias que viviremos juntos –explicó–, primero entre nosotros agentes, luego entre los estudiantes, son un gran don para toda la Iglesia que está en Europa, porque a partir de lo vivido en nuestro empeño misionero, podemos ofrecer indicaciones concretas y realistas para el camino de toda la Iglesia que en la próxima Asamblea reflexionará no sobre este o aquél aspecto de la pastoral, sino sobre el futuro de la evangelización».