Por H. Sergio Mora
CIUDAD DEL VATICANO, martes 16 de octubre de 2012 (ZENIT.org).- Todos los padres sinodales han subrayado en el Sínodo las problemáticas de la nueva evangelización ante la secularización existente. Hoy en la décimotercera congregación, desde China llegó un mensaje diverso. El obispo de Fengxiang Lucas Ly Jingfeng, invitado como padre sinodal, quien no pudo venir envió una carta en latín. Él es un obispo legítimo desde 1980, y ha sido aprobado hace algunos años por el gobierno de su país. Ha sufrido en el pasado trabajos forzados y privación de libertad y a su cargo están unos veinte mil católicos.
“Nuestra Iglesia en China, en particular los laicos han siempre conservado hasta ahora la piedad, la fidelidad, la sinceridad y la devoción de los primeros cristianos, a pesar de haber soportado cincuenta años de persecuciones” escribió.
La carta del obispo indica: “Rezo intensamente a Dios” para que “nuestra piedad, fidelidad y sinceridad puedan sanar la tibieza, la infidelidad y la secularización que surgieron en el exterior debido a una libertad sin frenos”.
Indicó de haberse conmovido por el lamento de Benedicto XVI, al leer el discurso del papa a los participantes de la plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 27 de enero último, en la que el santo padre indica: “En vastas zonas de la tierra la fe corre el peligro de apagarse como una llama que no encuentra más alimento. Estamos delante a una crisis profunda de fe, a una pérdida del sentido religioso que constituye el mayor desafío de la Iglesia de hoy”.
Por ello concluyó el arzobispo de Fengxiang: “Espero que nuestra fe de cristianos en China pueda consolar al papa. No menciono a la política porque es siempre pasajera”.
De otro lado, un video de Youtube (Muslim demographics) que hizo proyectar el sábado el cardenal de Ghana, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, Peter Turkson, durante las intervenciones libres, suscitó polémica en algunos medios de información.
El portavoz español, el sacerdote José María Gil Tamayo, en rueda de prensa precisó que después de la proyección del mismo unos tres padres sinodales disentían de los datos que contenía pues “no estaban de acuerdo con los que ellos manejaban”, mientras otros tantos en cambio los consideraron creíbles.
“Claramente hay gran espontaneidad en las intervenciones libres --dijo el portavoz- nadie entrega antes su material o texto pues hay un clima de confianza. El video es tomado de Youtube y contiene una proyección estadística. Añadió que “el video compara el índice de natalidad de cristianos y musulmanes y su contexto es sobre baja natalidad y cómo hace mella en la familia”. Subrayó “que el tema es contra la cultura de la contracepción y no contra los musulmanes”. Y concluyó deseando que “si bien el tema ha hecho ruido en los medios espero que no distraiga del tema central que es la nueva evangelización y la transmisión de la fe”.
Hoy martes comenzaron a participar los auditores, con intervenciones de cuatro minutos (uno menos que los padres conciliares), siendo mayoritariamente laicos, entre los cuales hablarán unas diez mujeres.
De los cuatro laicos auditores que hoy se dirigieron al sínodo uno era el secretario de la Pontificia Comisión de América Latina, Guzmán Carriquirry, quien recordó el influjo positivo del documento y convocatoria realizado en Aparecida, así como la gran esperanza que representan los jóvenes en particular con la Jornada Mundial de la Juventud del 2013 en Río, en un momento en que las ideologías han quedado desplazadas.
Que las órdenes religiosas despierten su ardor misionero y no se comporten como multinacionales fue el apelo del cardenal de India, Telesphore Placidus Toppo, arzobispo de Ranchi y presidente de la Conferencia Episcopal de su país. Hizo un “humilde apelo a las órdenes religiosas para que se vuelvan nuevamente misioneras”. Recordó que en la historia de la evangelización “las órdenes guiadas por el Espíritu Santo han hecho cosas extraordinarias y maravillosas. ¿Podemos decir hoy lo mismo?”, se preguntó. “¿Es posible que hayan iniciado a operar como multinacionales realizando un trabajo bueno y necesario para responder a las necesidades materiales de la humanidad, olvidando que la finalidad de su fundación es la de llevar el kerygma, el Evangelio?”. Pidió también una celebración digna de la Eucaristía como base de la nueva evangelización, para “alimentar con éxito una fe que resista hasta el retorno de Cristo”.
La liturgia, como uno de los lugares de encuentro con la presencia de Cristo fue la invitación del arzobispo brasileño Geraldo Lyrio Rocha, quienn subrayó la necesidad de recuperar la belleza y los símbolos. Sugirió mejorar las homilías y tomar conciencia de la importancia de la 'ars celebrandi' como la mejor evangelización.
No abandonar a las familias en situación irregular, fue la llamada de atención al sínodo que hizo el obispo de Gozo, en Malta, Mario Grech. Indicó que a pesar de su irregularidad muchas familias siguen creyendo en la Iglesia, y esperan que la Iglesia les diga que no están fuera, que les ama. En particular las “que sienten la enseñanza del Magisterio como una piedra de molino sobre sus cabezas y corazones” saber “que la Iglesia camina a su lado se revela como buena noticia”. “Debemos decirles --dijo- que la Iglesia les ama, y deben ver y sentir ese amor” mismo si “no pueden recibir la absolución y la eucaristía”.
El cardenal Monteiro de Castro, penitenciario mayor, hizo una llamada a mostrar la misericordia de Dios. Indicó que la nueva evangelización tiene que hacer “conocer al hombre de nuestro tiempo el rostro de Cristo” en el cual “Dios nos muestra su corazón compasivo y nos reconcilia plenamente a Él”. Y a recuperar a través de la conversión el sentido del pecado y “recuperar la buena y correcta costumbre de administrar el sacramento de la reconciliación en el confesionario”.
Monseñor Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales pidió sagacidad y audacia en la trasmisión de la fe cristiana en la cultura digital: “La arena digital no es un espacio 'virtual' menos importante del mundo real”. Añadió que “corremos el riesgo de abandonar a muchas personas que 'viven' en este mundo”. “Entretanto --dijo- el próximo desafío es cambiar nuestro estilo comunicativo ocupándonos de la cuestión del lenguaje. En la Iglesia estamos acostumbrados a usar textos escritos como modo de comunicación normal. No se si esta forma pueda hablarle a los más jóvenes acostumbrados a un lenguaje radicado en la convergencia de palabras, sonidos e imágenes”. Entretanto, prosiguió, “no debemos diluir los contenidos de nuestra fe sino encontrar nuevos modos para expresarla en su plenitud”.
El obispo de Haití Launay Saturné, por su parte agradeció la rapidez de intervención después del terremoto. Invocó la necesidad de retornar a Cristo y renunciar a lo superfluo.
El arzobispo Zygmunt Zimowki, presidente del Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios, habló de la diaconía de la Caridad, como la pastoral de la salud es vivida por muchos médicos, enfermeras, capellanes y de no olvidar que los hospitales son un espacio privilegiado de evangelización.
El lunes por la tarde el padre Manuel Rodríguez Carballo, ministro general de la Orden de los Frailes Menores,revindicó la necesidad de un nuevo ardor, métodos y sobre todo evangelizadores nuevos. Además de la fe recta, vivida y consolidada. Pidió recuperar el arte de la oración y dar el testimonio de la caridad hacia los más débiles. Y a “no quedar al margen de algunos retos a los que el hombre de hoy es particularmente sensible, --el desequilibrio ecológico, la amenaza constante de la paz, el vilipendio de los derechos humanos más fundamentales, como el derecho a la vida- y a situarse adecuadamente en los nuevos areópagos de la misión: el mundo de la educación, la cultura, las comunicaciones sociales”.
El obispo de Amería, Adolfo Gonzales Montes, indicó que la fe puede “provocar oposición al Evangelio cuando la verdad proclamada es percibida como obstáculo para la propia libertad y la propia idea de felicidad”. Y cómo “el hombre puede rechazar el mensaje de la Iglesia porque con la buena nueva del perdón divino el Evangelio pide la conversión”. Por ello la nueva evangelización debe “mostrar al hombre de hoy que el mensaje de la Iglesia es la buena noticia de Cristo, que ha venido a salvamos y ofrecernos la felicidad completa”.
El obispo boliviano Jorge Herbas Balderrama, recordando que muchos colaboradores de la comunidad parroquial se han dado a la política dando la espalda a la Iglesia, invitó a “comenzar evangelizando primero a los evangelizadores”. Con “una experiencia de fe que haga redescubrir la belleza de la fe cristiana y le constituya en verdadero discípulo misionero”