Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 29 octubre 2012 (ZENIT.org).- El mensaje de Benedicto XVI para la 99 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, fue presentado hoy en la Sala de Prensa de la Santa Sede, por el cardenal Antonio María Veglió, presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral del Migrante y por el secretario del mismo dicasterio, el arzobispo Joseph Kalathiparambil.

Un tema que se relaciona con la nueva evangelización, pues como fue indicado por el papa en su homilía de ayer domingo, muchos de quienes aún no conocen el mensaje de Jesucristo viven en países de antigua evangelización.

El cardenal Veglió, cifras en la mano, indicó que “el vasto fenómeno migratorio impresiona por el gran número de personas que involucra”, y citó el último informe de la Organización Mundial de las Migraciones (OIM) en el que se calcula que los migrantes hacia el exterior son unos 214 millones de personas, o sea el 3% de la población mundial. Mientras que los de migración interna son unos 740 millones de personas”, en total más de mil millones de personas, equivalente a un séptimo de la población mundial”.

El presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral del Migrante indicó que en “su peregrinación existencial hacia un mundo mejor”, los migrantes llevan consigo sentimientos de fe y de esperanza “aunque no saben bien qué es lo que están buscando exactamente”.

“Decir que intentan solamente mejorar su situación económica o social es simplificar demasiado la realidad”, precisó el purpurado.

Indicó que no todos los inmigrantes consideran su viaje como un ir hacia Dios, si bien tienen confianza que Él les acompañará. Entretanto las personas que ellos van a conocer y en particular los que viajan a países de antigua evangelización pueden descubrirlo y experimentar la genuina bondad de muchas realidades eclesiales que les acogen y les ayudan”. Añadió que “en el vasto contexto de las migraciones, la Iglesia está llamada a realizar su maternal solicitud sin distinción”.

Por este motivo, dijo el cardenal, el papa ha indicado dos canales complementarios. Uno son las actividades con los inmigrantes, como las intervenciones en las emergencias, lo que encuentra más acogida mediática; y la segunda en cambio, que requiere más empeño --aunque sea menos notada, porque muchas veces requiere un cambio de mentalidad- es favorecer la integración del inmigrante en el nuevo contexto cultural.

El cardenal Veglió recordó que el mensaje pontificio indica que las migraciones comprenden derechos y deberes: atender y curar los inmigrantes para que tengan una vida decorosa, y ellos deben respetar los valores que ofrece la sociedad que los recibe.

“La Iglesia tiene un papel importante en el proceso de la integración y pone el acento en la centralidad de la persona con la recomendación de tutelar las minorías; para ello hay que valorizar su cultura, su contribución a la pacificación universal, la dimensión eclesial y misionera del fenómeno migratorio, la importancia del diálogo y del debate en el interior de la sociedad civil, de la comunidad eclesial y entre las diversas religiones” dijo.

El arzobispo Joseph Kalathiparambil por su parte subrayó la dificultad de los refugiados, en particular quienes buscan asilo, que sufren medidas restrictivas que obstaculizan el acceso a algunos países, y para conseguir los visados, etc.

El secretario del dicasterio añadió que las limitaciones “incentivan las actividades de los contrabandistas, traficantes y peligrosas travesías marítimas que han visto desaparecer entre las olas demasiadas vidas humanas”. Todo esto sucede --indicó- a pesar de las obligaciones que tiene la comunidad internacional sobre la protección de los refugiados y solicitantes de asilo”.

El arzobispo de la India reivindicó también elementos primarios como “alimento, alojamiento, vestuario y atención médica, el derecho al trabajo y a la libre circulación”. Y que “no se enfatiza nunca suficientemente que ellos deben enfrentar viajes fuera de sus fronteras y sin poseer documentos válidos de viaje o identidad”.

Para leer el mensaje de Benedicto XVI íntegro entrar en: http://www.zenit.org/article-43471?l=spanish