La Renovación Carismática Católica (RCC) en Italia celebró recientemente en Sacrofano, Roma, la VII Asamblea Nacional. El encuentro lleva por lema "Ellos, por su parte, salieron a predicar en todos los lugares" (MC 16, 20), que recoge la invitación de Benedicto XVI a la RCC en ocasión de la Audiencia especial del año pasado en la Plaza de San Pedro: "Afrontar sin temor, guiados por el Espíritu Santo, las exigentes tareas de la nueva evangelización"

ZENIT ha entrevistado a Salvatore Martinez, responsable nacional de este movimiento en Italia, para compartir sus impresiones sobre la Asamblea Nacional y sobre los proyectos de la Renovación Carismática en este país.

¿Se ha celebrado recientemente la VII Asamblea Nacional bajo el tema "Ellos, por su parte, salieron a predicar en todos los lugares" ¿cómo ha ido el encuentro?

--Salvatore Martinez: La Asamblea Nacional es un encuentro dedicado a los coordinadores diocesanos, a los coordinadores regionales y a los miembros del Comité Nacional de Servicio. Es un encuentro anual, estatutario, de particular importancia en la vida del Movimiento. La Asamblea es una gran ocasión de discernimiento sobre el camino en curso, de verificación pastoral, de profundización de la Orientación para el año 2013, de actualización en lo relacionado con los Proyectos marcados por el Movimiento. Este año la Asamblea se ha abierto también a los "ancianos del RCC" y a los delegados nacionales de las Oficinas y de los Ministerios en un espíritu "sinodal" de compartir, y de responsabilidad sobre los proyectos futuros de la RCC. El tema del encuentro "Id y predicad por todo el mundo" (Mc 16, 20) recoge la invitación de Benedicto XVI a la RCC, en ocasión de la audiencia especial del pasado 26 de mayo en la plaza San Pedro: "Afrontar sin temor, guiados por el Espíritu Santo, las exigentes tareas de la nueva evangelización".

Además, han contado con la participación de monseñor Enrico Dal Covolo y monseñor Giuseppe Marciante

--Salvatore Martinez: Monseñor Enrico dal Covolo, obispo, teólogo y patrólogo, desde 2010 rector magnífico de la Universidad Pontificia Lateranense --presente en medio de nosotros el primer día de la Asamblea, 25 de febrero, con corazón de pastor, en la cordialidad y en la simpatía que le caracterizan--, dirigió la Lectio divina sobre el tema: “Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones” (1 Ts 2, 4). Después de recorrer los momentos de la conversión de san Pablo, su paso de perseguidor a Apóstol, en la meditatio subrayó algunas palabras significativas: el Evangelio es una Persona, Jesús mismo. Como para Pablo, este Evangelio es para nosotros, para nuestra salvación, a partir del encuentro decisivo con Jesús vivo, resucitado entre los muertos. Una experiencia que se hace vida, camino, encarnación, deseo inagotable de participar de la vida de Jesús, es decir de la vida divina en vista de la vida eterna. Después de presidir la Celebración Eucarística, monseñor Dal Covolo, llevando en el corazón la atención del Santo Padre Benedicto XVI hacia la Renovación Carismática Católica, se hizo intérprete impartiendo a la Asamblea la Bendición final de la Santa Misa en nombre del Pontífice.

Monseñor Giuseppe Marciante, obispo auxiliar de Roma por el sector Este, se unió a nuestra asamblea para celebrar la Santa Misa del 26 de febrero. Escuchamos en su homilía que "la certeza de la presencia de Cristo es la alegría auténtica que acompaña la vida de los cristianos. De esta alegría la Renovación tiene que hacerse también portavoz, porque, como el obispo subrayó, "hay necesidad en el mundo de centinelas que traigan buenas noticias. Es, de hecho, para cada uno de nosotros, la invitación del profeta: Alza la voz, no temas, anuncia a la ciudad de Judá" (cf Is 40, 9). Hemos sido invitados a ser en la Iglesia los centinelas de la Nueva Evangelización".

¿Cómo es el compromiso de la RCC con la 'Nueva Evangelización'?

--Salvatore Martinez: Precisamente durante la Asamblea se presentó e interiorizó el "Plan Nacional para la Nueva Evangelización", respuesta puntual del papa al reciente Sínodo dedicado a la Nueva Evangelización, una extraordinaria experiencia de renovación de la fe que tuve la gracia de vivir como auditor nombrado por Benedicto XVI. El tema de la fe hoy se ha convertido en trascendental.

Benedicto XVI lo ha destacado con determinación afirmando que "la verdadera crisis de la Iglesia es una crisis de fe". El riesgo de pérdida de sabor de la fe es hoy muy fuerte y no solo en Occidente, como efecto de muchas tendencias contrarias al cristianismo y desacralizantes presentes en la sociedad. La evangelización debe ser repensada de forma adecuada al hombre nuevo, renovado por el Espíritu. Para hacerlo no basta la espontaneidad, la buena voluntad, la generosidad de tanta gente que se siente interpelada por la llamada a evangelizar. Se trata de reanunciar con convicción el Evangelio, proponer la experiencia de Jesús con nuevo fervor a través de los medios sacramentales y carismáticos de los que dispone la Iglesia, positivos y negativos. Mirando a la globalización, a la crisis económica, al egoísmo generacional, a la debilidad de la vida humana, a la crisis de la familia, a la desconfianza en la Iglesia y en las instituciones, nos hemos preocupado por indicar en nuestro Plan respuestas coordinadas, centradas e inspiradas en la enseñanza del Concilio Vaticano II, a la Tradición de los Padres de la Iglesia, a la difusión del Catecismo de la Iglesia Católica y de la Doctrina Social de la Iglesia.

¿Qué quiere decir concretamente?

--Salvatore Martinez: En el plano de la experiencia y metodológico se trata de reeducar en el compartir del Evangelio, la lectura espiritual de la Palabra de Dios, el ejercicio comunitario de los carismas, para favorecer un nuevo lanzamiento de testimonios fuera del contexto comunitario. Queremos reeducar a los creyentes en moverse en torno al binomio "Kerigma y carisma" para que la fe no esté ya "entre líneas" sino explícita en la vida social, en la vida eclesial, en la promoción de una nueva subjetividad eclesial y social de la familia, en la formación de catequistas y animadores, especialmente de los jóvenes confirmados y en noviazgo, en la defensa de cuantos sufren y esperan caminos de redención humana, moral y espiritual.

Y en relación al Año de la Fe, ¿cómo está trabajando la RCC en Italia?

--Salvatore Martinez: Entre las iniciativas a señalar, a manos de la RCC y patrocinadas por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización está el proyecto 10 plazas para 10 mandamientos. Realizado por primera vez en Italia en el mes de septiembre de 2012, continuará a lo largo del Año de la Fe, específicamente entre los meses de junio a septiembre de 2013. En ocho ciudades italianas se promoverá una relectura de las Tablas de la Ley a través del arte, la creatividad, la música, la danza, la literatura, los nuevos lenguajes audiovisuales y la presencia de testimonios más o menos significativos, que explicarán el mandamiento asignado a cada una de las ciudades correspondientes. Queremos suscitar una representación del Decálogo en la enseñanza de una laicidad positiva y propositiva, para dar a nuestras ciudades un Dios involucrado en las situaciones humanas, y a los mismo hombres, nuestros contemporáneos, la medida verdadera y justa de lo humano a partir de la ley del amor. Una gran ocasión para llevar a Dios entre la gente, para hacer pública nuestra fe, para permitir a tantos "personajes" de nuestro tiempo profesar su fe sin vergüenza. Un proyecto que definiría como "profético", al que también el santo padre ha querido dar su contribución grabando un videomensaje a d hoc que se transmite en cada plaza, con el cardenal y el alcalde de la ciudad, y que hace de fondo a la lectura del mandamiento particular confiado a cada ciudad.

¿Qué puede contar sobre el Centro Internacional Familia de Nazaret?

--Salvatore Martinez: El Centro Internacional Familia de Nazaret es un proyecto que nace de un "sueño" del beato Juan Pablo II en 1997, manifestado durante el II Encuentro Mundial de las Familias en Río de Janeiro: dar a todas las familias del mundo una morada, una Casa del Papa en la ciudad de la Sagrada Familia, en Nazaret, donde todo inició. Un sueño alimentado por el cardenal Alfonso López Trujillo, difunto presidente del Pontificio Consejo para la Familia y de su sucesor, el cardenal Ennio Antonelli, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Familia. Fue después el santo padre Benedicto XVI quien dio de nuevo impulso a la noticia de la creación de un Centro Internacional para las Familias, durante su Viaje Pastoral a Tierra Santa en 2009. La Obra, confiada a la gestión y a la animación de la RCC, ahora entra más profundamente en su fase operativa, después de que esta iniciativa especial se diera como noticia a todo el mundo, durante el VII Encuentro Mundial de las Familias en Milán, el pasado junio, cuando se presentó como "obra signo" de este acontecimiento eclesial. La última etapa en la historia del Centro se refiere a la institución de la fundación vaticana "Centro Internacional Familia de Nazaret", creada por el santo padre y confiada a la Asociación Renovación Carismática en colaboración con el Pontificio Consejo para la Familia, "para poner en práctica el Magisterio de la Iglesia católica relativo a la familia" (del Acto constitutivo del Estatuto de la Fundación Vaticana "Centro Internacional Familia de Nazaret"). La recién nacida fundación, presidida por mí, se ha asentado, en ocasión del primer consejo de administración, el viernes 18 de enero 2013. Forman parte, además, dos miembros de la RCC, monseñor Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia y monseñor Simon Vázquez, subsecretario de este dicasterio. La fundación tiene sede en el Estado de la Ciudad del Vaticano y está dotada de personalidad jurídica canónica pública y civil vaticana. La sede operativa está en los locales del Pontificio Consejo para la Familia, elección que refuerza la colaboración entre estas dos realidades llamadas a dar vida, juntas, a este gran proyecto. La Fundación se encargará de "difundir el Magisterio de la Familia, promoviendo la formación espiritual y la evangelización de las familias y sostener la pastoral familiar en todo el mundo", también a través de la construcción de nuevos centros o la gestión de centros ya existentes, "con prioridad en Tierra Santa" (del Estatuto de la Fundación Vaticana "Centro Internacional Familia de Nazaret"). Por lo tanto, hacia Nazaret se desplegarán con prioridad todas las fuerzas y el trabajo de la Fundación, para que pueda ser edificado el Centro Internacional para la Familia sobre la parte superior de la colina que domina la ciudad y la Basílica de la Anunciación.