La Archidiócesis de Barquisimeto, Venezuela, se ha mostrado consternada por el asesinato del sacerdote José Ramón Mendoza Vásquez acaecido en la madrugada del lunes 18 de febrero en la capital del estado de Lara.
A través de un comunicado el arzobispo de Barquisimeto Antonio José López Castillo condenó la “ola de crímenes” desatada en el país. y manifestó su consternación por el homicidio del sacerdote de 45 años, párroco de San Juan Evangelista en Brisas del Obelisco. La Archidiócesis de Barquisimeto se encuentra a unos 400 kilómetros de la capital Caracas.
El sacerdote Mendoza Vásquez se detuvo a esperar que cambiara el semáforo, momento en el que bajo amenaza de muerte con un arma, dos delincuentes intentaron robarle el auto. El sacerdote se resistió e interpuso su cuerpo para proteger a sus dos sobrinos adolescentes que viajaban con él. Le dispararon y una de las balas le alcanzó mortalmente en la cabeza.
El arzobispo de Barquisimeto Antonio José López Castillo, acudió a la morgue de Barquisimeto para solidarizarse con la familia del religioso. «Matar no es la voluntad de Dios, asesinar no es querido por Dios. Es un gran pecado porque se destruye la vida, no es el camino de la superación. Han acabado la vida de un ministro de Dios, de un servidor del Señor como acaban la de tanta gente. Recordemos que la vida es sagrada», afirmó el prelado que además convocó a las comunidades «a que se organicen para rechazar la inseguridad en el país».
Muy dolido por el suceso monseñor López Castillo exhortó a las autoridades gubernamentales a buscar medios preventivos y correctivos que destruyan esta ola de violencia. “Invitamos a los que cometen estos actos delictivos a que reflexionen y se arrepientan de seguir estos caminos, que solo traen luto, tristeza y destrucción de nuestra sociedad”.
El padre José Ramón Mendoza Vásquez es el cuarto sacerdote asesinado, víctima de la violencia en América Latina desde el comienzo de 2013.