''La familia ocupa el primer lugar en el corazón de los pueblos del mundo''

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Dijo el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, monseñor Paglia

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Monseñor Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, intervino en un encuentro, en la sede de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, organizado por la Misión Permanente de la Santa Sede y el Pontificio Consejo para la Familia, para conmemorar el 20 aniversario del Año Internacional de la Familia y en el contexto del 30 aniversario de la Carta de los Derechos de la Familia. También participó en el encuentro monseñor Francis Chullikatt, observador permanente de la Santa Sede en Naciones Unidas.

Tras expresar su cercanía al papa Benedicto XVI, en su decisión de renunciar al ministerio petrino, monseñor Paglia, afirmó que «la familia representa el fundamento de la sociedad humana y que la tutela de los derechos de la misma es crucial en la formulación de políticas gubernamentales». 

En sus palabras, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia subrayó: «Intentaron eliminarla, porque la consideran como reliquia del pasado, un obstáculo para la emancipación del individuo y la creación de una sociedad más libre, pero yo puedo afirmar, sin duda, que la familia ocupa el primer lugar en el corazón de los pueblos del mundo, a pesar de los múltiples ataques a la que está sometida». 

Monseñor Paglia continuó afirmando que “es crucial en este contexto la estabilidad de las relaciones familiares. Las familias experimentan la solidaridad natural entre las generaciones con mucha más facilidad que otras formas de vida en común. Los niños que viven con los propios padres disfrutan de una mejor salud física y psicológica y experimentan mayor confianza y esperanza en la vida», resaltó. 

El arzobispo finalizó sus palabras hablando sobre la relación entre familia y trabajo: «La familia –dijo- es un recurso increíblemente rico para el mundo de trabajo, más que este para la familia. En otros términos, el trabajo se aprovecha del recurso ‘familia’ sin llevar en consideración las exigencias de la vida familiar».

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ZENIT Staff

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