En una carta enviada a cada uno de los interesados, el Comité popular del distrito de Trang Bom, provincia de Dông Nai, diócesis de Xuân Lôc, envió una crítica severa y una advertencia a los 28 sacerdotes de la región. Se le reprocha haber difundido en sus parroquias la aportación de los obispos de Vietnam a la revisión de la Constitución de 1992, que fue publicada el 1 de marzo de 2013.
A petición de su obispo Dominique Nguyên Chu Trinh, los sacerdotes del distrito habían organizado una campaña para dar a conocer y explicar la carta abierta de los obispos, la cual acusaba lo bien fundado de ciertos puntos fundamentales de la Constitución vigente hoy y, muy particularmente, el papel atribuido al Partido comunista en la política y la sociedad vietnamita.
La carta de las autoridades del distrito de Trang Bom comienza por una revisión cuidadosa de los hechos. Señala que la carta del obispo que lanzó el movimiento se dirigía no solo a los sacerdotes de la región sino también a todas las comunidades religiosas. El obispo pedía a los responsables de las parroquias recordar a los fieles que su deber de ciudadanos era contribuir a la difusión de esta carta.
Esta difusión ha sido realizada en las 28 parroquias de la región bajo diversas formas que enumera la carta de las autoridades: sermones, lecturas públicas, exposiciones, fotocopias. Los sacerdotes también explicaron a sus fieles los medios de difundir y de dar a conocer el texto de los obispos. En algunos lugares, añade la carta del distrito, el sacerdote llegó a hacer aplaudir el texto en el interior mismo de la iglesia.
Después de esta exposición de los hechos, las autoridades del distrito de Trang Bom estigmatizan el comportamiento del clero de la región y lo califican de incorrecto. Ésto, dice la carta, es una infracción de las disposiciones previstas por la oficina de la Asamblea Nacional. Las contribuciones de los individuos y de las organizaciones deben ser devueltas directamente a la oficina de la Asamblea Nacional, recordó. No pueden estar sometidas directamente a la aprobación del pueblo. Además animando a sus fieles a aprobar en voz alta la carta abierta de los obispos, los sacerdotes salieron de su papel religioso y sobrepasaron los límites de una simple consulta de la opinión del pueblo.
Por todas estas razones, el presidente del Comité dirige a los sacerdotes de la región y a los comités parroquiales que les secundaron «una crítica severa». Les pide retirar todos los ejemplares de la carta episcopal ya distribuidos y acabar inmediatamente toda difusión de la manera que sea.
Cabe señalar que las autoridades se abstienen de emitir un juicio sea cuál sea el contenido de la carta abierta de los obispos sobre la revisión de la Constitución. Sin embargo, es difícil no pensar que la reprobación que se refiere al comportamiento de los sacerdotes y los fieles afecta también el punto de vista sostenido por los obispos en su carta abierta.
Traducido del francés por Raquel Anillo