La «Manif pour tous», (Manifestación en favor de todos) realizó este domingo 26, en París, otra multitudinaria demostración que congregó a más de un millón de personas. Pidieron que se retire la ley de ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo.
La ley ya fue aprobada por la Asamblea Nacional, y el movimiento quiere evitar nuevas iniciativas legislativas del gobierno socialista, como la adopción de menores por parte de las parejas homosexuales.
Monseñor Tony Anatrella, psicoanalista y especialista en psiquiatria social, consultor del Pontificio Consejo para la Familia y del de la Sanidad, fue uno de los primeros en alertar sobre las reivindicaciones del ‘matrimonio’ homosexual, la adopción de menores y otros derivados de la ideología de género.
La coordinadora del servicio en francés de ZENIT, Anita Bourdin realizó una amplia entrevista, en la cual el prelado da algunas claves de interpretación, como «la fuerza espiritual que se manifestó a través de los participantes que se han despertado politicamente en favor del matrimonio y la familia». Recuerda que «la gente fundamentalmente se movilizó y nada los desanimará para hacer abrogar la ley de una lobby que reduce la familia a lo que no es».
Añade en la entrevista que «en miles de jóvenes se ha despertado una conciencia política para luchar contra esta ley funesta y los Veilleurs (personas en vigilia) preparan en el silencio, la reflexión y la oración, el futuro que quedará gracias a ellos».
Los Veilleurs no son una organización oficial, se ponen de acuerdo sobre las redes sociales como Twitter. Se reunen en las plazas públicas de las principales ciudades de Francia. Leen textos sobe la libertad, la paz y la familia.
Monseñor Anatrella también indica que «el ambiente de las manifestaciones es fundamentalmente familiar y no de extremistas, violentos, desvalijadores, como los pintan algunos medios. Y que las manifestaciones han sido ejemplares».
Recuerda que el 26 de mayo fueron más de un millón, y que los servicios de policía indicaron que solamente eran 150.000, lo que no es serio ni creíble. «Hicieron de todo para minimizar y desacreditar el fenómeno», afirma.
Precisa que «en los últimos días se realizaron arrestos arbitrarios por parte de la policía, como por ejemplo de personas que vestían camisetas con la sigla ‘Manif pour tous’ o que tomaban fotos o ponían banderas en la calle». Denunció también «tardías manifestaciones de extremistas que nada tienen que ver con ‘Manif pour tous'».
Monseñor Anatrella indica que «la confusión de sexo y sentimientos conduce a una confusión de las realidades y a un impase. El matrimonio entre personas del mismo sexo es simplemente ridículo y el acto no inspira ninguna estima pues no contribuye para nada a la relación social».
Y se pregunta si los dirigentes actuales tienen sentido de la realidad o viven en un mundo de asexuales. Añade que 22.000 municipos de los 36.000 se oponen y anunciaron que rechazarán celebrar este tipo de matrimonio.
Recuerda que «no hubo lugar para el debate; ciertas objeciones fueron entendidas pero no tomadas en cuenta y menos aún reflexionadas. Y fueron menospreciadas por la ley, peor aún impuestas, una confusión que va a dar a lugar a diversas confusiones psicológicas, sociales y jurídicas». Ni las manifestaciones de sindicatos son tan maltratadas como la que realizan estos jóvenes y adultos, dijo.
El consejero del Pontificio Consejo para la Familia reconoce que «solamente un contrato de bienes abierto a todos sería lo más adecuado, más bien que querer jugar al papa y la mamá sin tener las características adecuadas».
La «Manif pour tous», movimiento que se define pacífico, anti-homófobo y apolítico depositó en el Consejo Económico, Social y Ambiental de Francia, el 15 de febrero pasado, las primeras 694.428 firmas de la petición contra el proyecto de “Matrimonio para todos». En sus manifestaciones participaron los Poissons roses; Alliance Vita; Plus gay sans mariage, de Xavier Bongibault; y líderes religiosos, cristianos, judíos y musulmanes.