Esta mañana el santo padre ha recibido en audiencia a los participantes del encuentro de coordinación entre los organismos caritativos católicos que trabajan en el contexto de la crisis en Siria y en los países cercanos, promovido por el Consejo Pontificio Cor Unum.
En primer lugar el santo padre ha agradecido este encuentro y toda la actividad humanitaria que realizan en Siria y en los países vecinos "para ayudar a las poblaciones que son víctimas del conflicto actual". El papa, como él mismo ha confirmado, animó personalmente al Consejo Pontificio Cor Unum para celebrar este encuentro.
El papa Francisco ha anunciado que "todos conocen la preocupación de la Santa Sede por la crisis siria y de modo concreto por la población, que con frecuencia sufre de manera inerme las consecuencias del conflicto".
Además ha recordado que Benedicto XVI pidió varias veces que callasen las armas y se encontrase una solución a través del diálogo", "que silencien las armas" ha exhortado. Benedicto XVI envió el pasado noviembre al cardenal Sarah a la zona y pidió "no ahorrar ningún esfuerzo en la búsqueda de la paz" manifestando su concreta y paterna solicitud con un don, al que contribuyeron los padres sinodales, ha mencionado el papa.
Ha continuado manifestando que "de modo personal, también a mí me preocupa la suerte de la población siria" recordando que el día de Pascua pidió por la paz "sobre todo en la amada Siria, para su población herida por el conflicto y para los numerosos prófugos que esperan una ayuda y un consuelo". Y ha insistido "frente a la continuación de la violencia y los atropellos renuevo con fuerza mi llamamiento a la paz".
Las iniciativas concretas para poner en marcha un diálogo provechoso, son intentos que hay que apoyar, según ha afirmado el pontífice. "La Iglesia se siente llamada a dar el testimonio humilde, pero concreto y eficaz, de la caridad que ha aprendido de Cristo, Buen Samaritano. Sabemos que allí donde alguien sufre, Cristo está presente", ha recordado.
A continuación ha animado a los presentes para que "vuestra actividad sea puntual y coordinada, expresión de la comunión que, como ha sugerido el reciente Sínodo sobre Oriente Medio, es en sí misma testimonio". Y ha añadido "pido a la Comunidad Internacional, junto a la búsqueda de una solución negociada del conflicto, favorecer la ayuda humanitaria para los prófugos y refugiados sirios, mirando en primer lugar el bien de la persona y la tutela de su dignidad".
Para la Santa Sede, ha afirmado, la labor de estas agencias de caridad católica es extremadamente significativa: "ayudar a la población siria más allá de las diferencias étnicas o religiosas, es el modo más directo de contribuir a la pacificación y edificación de una sociedad abierta a todos sus componentes". El esfuerzo de la Santa Sede tiende hacia "construir un futuro de paz para Siria, en el que todos puedan vivir libremente y expresar según su peculiaridad".
Para finalizar su intervención el papa ha dirigido su pensamiento hacia las comunidades cristianas que viven en Siria y en todo Oriente Medio. "La Iglesia sostiene a sus miembros que hoy pasan por un momento de particular dificultad". La tarea de estos cristianos, ha recordado Francisco, es seguir haciendo presente el cristianismo en la región donde nació y "nuestro compromiso consistirá en favorecer la permanencia de este testimonio". Al pensar en Siria, ha dicho el papa, pensamos en el sufrimiento, la pobreza y el dolor de "Jesús que sufre, que es pobres, que es expulsado de su patria. ¡Es Jesús! Y aquello es un misterio, es nuestro misterio cristiano. Miremos a Jesús sufriente en los habitantes de la amada Siria".