El domingo 23 de junio a las 17.00, la Orquesta Sinfónica el Camino Neocatecumenal interpretará la Sinfonía «El sufrimiento de los inocentes» en la ciudad polaca de Auschwitz, delante de la llamada «Puerta de la Muerte», la entrada del campo de concentración de Birkenau, conocida como Auschwitz II. La obra musical, compuesta por el fundador y responsable internacional del Camino, Kiko Argüello, será parte integrante de una celebración en honor a los millones de víctimas del holocausto y a todos las víctimas inocentes de nuestro días.
Participarán en el acto 6 cardenales, más de 50 obispos, 30 rabinos y numerosas personalidades del mundo católico y hebreo. Unas 12.000 personas asistirán a la celebración sinfónica que será presidida del arzobispo de Cracovia, el cardenal Stanislaw Dziwisz.
Los cardenales que asistirán son el arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz; el arzobispo de Varsovia, Kazimierz Nycz; el arzobispo de Viena, Christoph Schönborn; el presidente emérito del Consejo Pontificio «Cor Unum», Paul Josef Cordes; el presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, Stanislaw Rylko y el arzobispo de Palermo, Paolo Romeo. Entre los rabinos se encontrarán el rabino Greenberg, ex presidente de la Jewish Life Network y de la Steinhardt Foundation; el rabino Rosenbaum, secretario general del Consejo de los rabinos de América del norte y el rabino David Rosen, presidente del Comité Hebreo internacional para las relaciones interreligiosas y responsable de las relaciones con la Santa Sede.
La sinfonía será presentada por su compositor, Kiko Argüello, que además explicará cada movimiento del que la obra está compuesta: Getsemaní, Lamento, Perdonali, Spada, Shemá Israel y Resurrexit.La obra musical conduce al espectador al momento en el que la Virgen observa como su Hijo es crucificado. «Vemos a la Virgen María sometida al escándalo del sufrimiento de los inocentes vivido en su propia carne y en la de su Hijo. «¡Oh, que dolor!, canta la voz mientra una espada atraviesa su corazón», dice Kiko Argüello. «Ese gran misterio de sufrimiento de tanto inocentes que sufren por los pecados de otros: violencias inauditas, esa fila interminable de mujeres y niños conducidos hacia las cámaras de gas y el profundo dolor de uno de los guardias que escucho una voz en su corazón susurrándoles ‘ponte a la fila y ve con ellos hacia la muerte’, sin saber de donde procedía», explica el compositor.
«Algunos dicen que después del horror de Auschwitz no es posible creer en Dios. Esto no es verdad porque Dios se ha hecho hombre precisamente para tomar consigo el sufrimiento de tantos inocentes. El es el Inocente, el Cordero conducido al matadero, El que no dijo nada tomando consigo todos lo pecados» añade Argüello durante la explicación de la obra.
La celebración sinfónico catequética quiere ser como un puente entre la Iglesia católica y el pueblo hebreo, favoreciendo así buenas relaciones y uniones de amistad, como han pedido en diferentes ocasiones Juan Pablo II y Benedicto XVI. El papa Francisco, como arzobispo de Buenos Aires, ha expresado el mismo deseo en multitud de ocasiones y mantiene una buena relación con el pueblo hebreo, teniendo gran amistad con rabinos importantes.
La orquesta de camino, dirigida por Pau Jorquera, ha interpretado la sinfonía en varias ciudades del mundo, entre las cuales es significativo señalar Jerusalén, Galilea, Belén, París, Madrid, Boston, Nueva York, Chicago y Düsseldorf. En muchos de estos lugares han participado miembros del pueblo hebreo, los cuales se han emocionado profundamente por la música y por su significad.
Además, la Universidad de Lublino entregará el título de doctor Honoris Causa a Kiko Argüello. La Universidad ha querido subrayar la contribución ofrecida por le fundador del Camino a la renovación de la Iglesia post conciliar, a través del neocatecumenado. Antes de la ceremonia de investidura, la Orquesta del Camino interpretará de nuevo la Sinfonía. Así mismo, el 27 de junio tendrá lugar, en la Opera House de Budapest, la celebración Sinfónica-Catequética que será presidida por el cardenal Peter Ërdo, que se ha manifestado entusiasta de la iniciativa.