Siria en la cruz en la fiesta de la Cruz

Reflexión de un misionero redentorista libanés

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Aquí estamos a las puertas de la fiesta de la Exaltación de la Cruz, en la que nuestro Señor Jesucristo nos ha redimido y nos dio la salvación y la vida eterna.

La Cruz de Cristo era una condena, sin embargo, con su poder y la ayuda de Dios y el poder del Espíritu Santo, Él ha cambiado la condena a una gracia y anuló la muerte dando la vida por toda la humanidad.

En el Oriente, la gente está sufriendo y carga la cruz todos los días. La cruz siempre ha sido algo positivo para algunos y negativo para otros. Los discípulos de Jesús estaban desesperados viéndolo caminar por el Via Crucis y sobre la cruz; pero después de la resurrección han aprendido la importancia y el valor de la cruz.

La cruz que lleva Oriente

Los apóstoles, los primeros mártires, los santos sirios han llevado la cruz tras las huellas de su maestro Jesucristo. El mismo Oriente, el cristianismo, vive hoy la cruz de la emigración, de la guerra, de la muerte, de la destrucción y de la sangre de sus mártires cristianos sirios, que diariamente riega el campo de Dios para cultivar una fe más profunda en las próximas generaciones.

El sufrimiento del pueblo sirio es conocido por todo el mundo; mientras que otros luchan en Siria dando testimonio con su propio martirio, otros niegan su fe y otros visten aún el velo musulmán para salvarse de los terroristas. En el extranjero los sirios sufren por sus familiares en Siria y por las noticias que día día reciben de los medios de comunicación.

Recuerdo muy bien las historias de mi abuelo sobre la magnitud de la fiesta de la Exaltación de la Cruz en Siria, especialmente en la ciudad de Maalula, donde la semana pasada las cruces y las iglesias fueron incendiadas por musulmanes radicales.

¿Matar en nombre de Dios?

En las últimas semanas, todo el mundo vuelve su mirada hacia Siria y ora por la paz. Pero por desgracia los bombardeos y las masacres en este país se justifican por personas que se consideran a sí mismos del lado de Dios, de actuar en nombre de Dios.

Tanto amó Dios al mundo, que ha sacrificado a su propio Hijo para poder salvarlo. ¿Cómo se puede matar a un hombre que fue creado a su imagen y semejanza? Quien organiza la guerra o quien simplemente la apoya es sin duda una persona que no tiene conciencia y dignidad, ya que no conoce a Dios.

Todos nosotros somos hijos de la vida, porque hemos recibido la vida a través de la cruz, somos hijos de Dios porque somos libres, somos amigos de Jesús también en el sufrimiento.

Pero a pesar de nuestra fe, somos hermanos en la humanidad así que vamos a tratar de vivir en paz, con el fin de ser embajadores de la paz y decir: ¡Basta a la guerra en Siria!, en Oriente Medio y en el mundo.

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Fadi Sotgiu Rahi

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