'La Iglesia no ha perdido el tren de la comunicación'

José María Gil Tamayo, portavoz adjunto del Vaticano comenta el papel de la Iglesia en la red, tema de la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales

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La realidad de la red y su implicación para la Iglesia, una nueva periferia que ya no es ciencia ficción y que forma parte de la vida de tantas personas. El nuevo continente que ha aparecido es un ámbito cultural. La concepción de la instrumentalización de los medios ha quedado superada y estamos en un ámbito cultural donde es necesario llevar el evangelio porque forma parte de la vida de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, sobre todo de los más jóvenes.  Así, José María Gil Tamayo, sacerdote español portavoz adjunto del Vaticano, ha explicado hoy a ZENIT lo que en estos días de Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo están tratando y estudiando.

«Y la Iglesia se hace presente, y una presencia que es por esencia relación en la red. Tenemos un reto muy similar al que tuvo el cristianismo en sus comienzos. Y ahora toca esto, que es el ámbito de vida actual de la sociedad. La mirada de la iglesia es positiva», explica Gil Tamayo.

Así mismo nos cuenta que la tarea de este dicasterio es coordinar y animar la pastoral de las comunicaciones, que ya lleva 50 años haciéndolo. Se estudia la mejor manera para poder servir a las iglesias particulares y a las diócesis. «Animar en este labor pastoral y la coordinación tanto en el ámbito informativo, como el de comunicación institucional, la pastoral de relaciones con los comunicadores, las cuestiones éticas y la manera de presentar mejor el mensaje cristiano». Matiza que si bien es un campo muy amplio, al mismo tiempo también se han expuesto las realidades que se están realizando: cursos de comunicación para obispos, cursos para responsables de comunicación… Todas estas realidades, explica el portavoz en idioma español del Vaticano, son un movimiento de ida y vuelta que expresa el servicio al ministerio del papa, que es un ministerio de comunión al obispo de Roma; y es al mismo tiempo una tarea de servicio y de ayuda y de comunión con las iglesias particulares con las diócesis en este sector de la comunicación.

Del mismo modo afirma que en este encuentros se hace un repaso de como está la situación y cómo se vive la comunicación de la Iglesia en los distintos continentes. «Es muy variado, muy enriquecedor y sobre todo también se nota la diferencia de un país donde la Iglesia es la religión mayoritaria a otros países donde es minoría. Del mismo modo es muy positiva la experiencia de los cristianos de Oriente Medio, donde la comunicación está siendo un elemento de formación y de animación en su fe en ambientes difíciles», subraya.

Estos encuentros son «enriquecedores y además animan, porque la Iglesia no ha perdido el tren de la comunicación», comenta Gil Tamayo . Existen  –continúa– realidades diferentes a lo largo del mundo y es necesario una coordinación y una sinergia . En estos días se ha hablado de hacer un trabajo sinfónico, no de solapamiento. Lo mismo que se ha hablado de las estructuras de comunicación de la Santa Sede tienen que estar no duplicadas sino coordinadas y al mismo tiempo que esa sinergia sea trasladable a las conferencias episcopales y a las diócesis».

Otro aspecto que ha resaltado es que «cada vez más la comunicación ya no pertenece solamente al ámbito evangelizador, que es la tarea principal de la Iglesia, sino que también es necesario –y se ve cada vez más claro en el mundo de la información– a la gobernabilidad de la Iglesia».

Es decir, la necesidad que «la opinión pública incluida la católica, sepa las razones de esos actos de gobierno. Es la mejor manera de evitar los rumores y evitar que la imagen de la Iglesia sea vista como en la ficción. La transparencia informativa y una información que exprese realmente lo que la vida de la Iglesia es», ha afirmado.

También ha hablado sobre los desafíos en este ámbito y ha comentado que «el gran reto de la comunicación es una comunicación cuidada, que se anticipa y entendida como servicio para dar satisfacción a un derecho que es el derecho a la información, que lo tienen también los católicos». Así mismo, añade que «vivir en este mundo de hoy exige estar informado, es la condición para poder mantener una opinión pública con un sentido cristiano en la sociedad. Si la Iglesia no trabaja su comunicación otros lo van a hacer por ella». Por eso, comenta «trasladar la vida pastoral de la Iglesia es una tarea informativa constante, que no puede dejarse solo para los casos de emergencia o de crisis».

Durante estos días están viendo cómo llevar este movimiento de preocupación por la comunicación más allá de la reflexión teológica pastoral a realidades concretas. Y empezando por entrar en estas claves de comunicación con los propios pastores. Así cuenta José María, que los cursos para obispos, los encuentros del Pontificio Consejo con los comunicadores, con los obispos en cada área, por países… ayudan a entrar en esta clave de comprensión de que hoy el ejercicio de pastoreo en la Iglesia.

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Staff Reporter

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