Jesús nos espera siempre, esta es la humildad de Dios. Es lo que dijo el papa Francisco en la misa de esta mañana en la Casa Santa Marta. El papa, quien se inspiró en el salmo «Vamos alegres a la casa del Señor», subrayó que el sacramento no es un ritual mágico, sino un encuentro con Jesús, que nos acompaña en la vida.
El papa Francisco se inspiró en el salmo de hoy, recitado después de la primera lectura, para detenerse sobre la presencia del Señor en nuestra vida. Una presencia que acompaña. En la historia del Pueblo de Dios, observó el papa, hay «buenos momentos que dan alegría», y también momentos malos «de dolor, de martirio, de pecado»:
«Y sea en los momentos malos, como en los buenos tiempos, una cosa es siempre la misma: ¡el Señor está allí, nunca abandona a su pueblo! Porque el Señor, aquel día del pecado, del primer pecado, ha tomado una decisión, hizo una elección: hacer historia con su pueblo. Y Dios, que no tiene historia, porque es eterno, ha querido hacer historia, caminar cerca de su pueblo. Pero más aún: convertirse en uno de nosotros, y como uno de nosotros, caminar con nosotros, en Jesús. Y esto nos habla de la humildad de Dios».
He aquí, pues, que la grandeza de Dios –añadió, es su humildad: «Ha querido caminar con su pueblo». Y cuando su pueblo «se alejaba de Él por el pecado, con la idolatría», «Él estaba allí» esperando. Y también Jesús –continuó, viene con «esta actitud de humildad”. Él quiere «caminar con el pueblo de Dios, caminar con los pecadores; incluso caminar con los soberbios». El Señor, dijo, ha hecho mucho «para ayudar a estos corazones soberbios de los fariseos»:
«Humildad. Dios siempre está listo. Dios está a nuestro lado, Dios camina con nosotros, es humilde, siempre nos espera. Jesús siempre nos espera. Esta es la humildad de Dios. Y la Iglesia canta con alegría esta humildad de Dios que nos acompaña, como lo hicimos con el Salmo. «Vamos alegres a la casa del Señor’: vamos con alegría porque Él nos acompaña, Él está con nosotros. Y el Señor Jesús, incluso en nuestra vida personal nos acompaña: con los sacramentos. El sacramento no es un ritual de magia: se trata de un encuentro con Jesucristo, nos encontramos con el Señor. Es Él quien está al lado de nosotros y nos acompaña».
Jesús se hace «compañero de camino». «También el Espíritu Santo –añadió, nos acompaña y nos enseña todo lo que no sabemos, en el corazón» y «nos recuerda todo lo que Jesús nos enseñó». Y así «nos hace sentir la belleza del buen camino».
«Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo -dijo el papa Francisco, son compañeros de camino, hacen la historia con nosotros».
Y esto –continuó, la Iglesia lo celebra «con gran alegría, incluso en la Eucaristía», con la «cuarta oración eucarística», donde «se canta el amor tan grande de Dios que ha querido ser humilde, que ha querido ser compañero de viaje de todos nosotros, que ha querido también Él hacerse historia con nosotros».
«Y si Él entró en nuestra Historia, entremos también nosotros un poco en la historia de Dios, o por lo menos pidámosle la gracia de dejar escribir nuestra historia por Él: que Él escriba nuestra historia. Es algo seguro».
Traducido y adaptado por José Antonio Varela V. del texto original italiano de Radio Vaticana