La Pacem in Terris como la "utopí­a" de Juan XXIII

El secretario de Consejo Pontificio de la Justicia y la Paz indica que la encíclica ayuda a defenderse de la imperante ideología tecnocrática, consumista, unida a la cultura del ‘descarte’

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Monseñor Mario Toso S.D.B. se ha referido como la «utopía» de Juan XXIII al hablar de la encíclica Pacen in Terris durante la presentación de las jornadas que se celebrarán del 2 al 4 de octubre para el estudio de este documento escrito en 1963.

A 50 años de distancia, ha explicado monseñor Toso, se puede apreciar plenamente la visión profética de la encíclica de Juan XXIII a los fieles de todo el mundo, y a los hombres de buena voluntad, sobre la paz entre todas las gentes en la verdad, en la justicia, en el amor, en la libertad.

Al explicar algunos motivos de la actualidad de esta encíclica ha subrayado que hoy existen países que, mientras ven sensiblemente disminuida su capacidad de fijar las prioridades de la economía y de incidir sobre dinamismos financieros internacionales  y sobre otras cuestiones vitales y globales –entre los cuales el acceso al agua potable para todos, la igual distribución de recursos energéticos, la seguridad alimentaria, el control del fenómeno de migraciones bíblicas – legisla puntillosamente sobre temas éticos y bioéticos sin tener en cuenta las leyes morales naturales, fundando a menudos las reivindicaciones sobre antropologías indiferenciadas».

Por eso, ha proseguido, la Pacem in terris es todavía actual, «porque sostienes que los derechos humanos son promovidos en su unidad e indivisibilidad. Debido a que en la encíclica de Juan XXIII el estado de derecho se completa y se perfecciona en la figura del estado social y democrático, nos ayuda a defenderlo de los asaltos de la imperante ideología tecnocrática, consumista y mercantilista, unida a una cultura del ‘descarte'».

En particular, continúa explicando, «ayuda a tutelar y a promover el derecho al trabajo, que hoy es de tamaño insuficiente en la cultura neoliberalista, típica del capitalismo financiero no regulado, según la cual el trabajo es un ‘bien menor’ o incluso un bien facultativo». Otro aspecto en el que se ve la actualidad de esta encíclica, es la enseñanza de realizar la paz sobre todo mediante la educación. Al respecto, monseñor Toso ha afirmado que «Si los pueblos no querrán estár a la merced de una violencia difundida, fluida e incontrolable incontrollabile, tendrán que apoyarse además que en el desarme nuclear integrado a controles eficaces, especialmente a la prevención». 

Así mismo es actual porque ya en aquel tiempo «ponía luz sobre la necesidad de una reforma de las Naciones Unidas». Y sobre todo es actual porque «une la visión de un bien común mundial, que exige una autoridad política correspondientemente mundial, directamente a la revelación divina y al derecho», ha explicado el secretario del dicasterio por la Justicia y la Paz.

«La gran utopía de una gran familia de pueblos unida por una comunión incesante, en términos de libertad, verdad, justicia y amor fraterno», otra de las razones que monseñor Toso ha expuesto sobre la actualidad de este documento.  Además, la encíclica «permite apreciar el bien común y comprender como la democracia no se puede realizar plenamente sin la justicia social». Recuerda monseñor Toso que el papa Juan XII enseñó que la «verdadera política no se reduce a un instrumento de lucha de poder, para cultivar intereses individuales y sectoriales, para la conquista de puestos o espacios, sino para la gestión de procesos de desarrollo sostenible para todos».

En definitiva, ha concluido, «en un contexto en el que se lamente la carencia de visión, la Pacem in Terris puede ser todavía considerada matriz de una nueva proyección de alcance global»

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ZENIT Staff

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