El arzobispo de la Archidiócesis de Acapulco,Carlos Garfias Merlos, en comunicación a la agencia de noticias FIDES ha indicado que «las situaciones que se han presentado debido a la tormenta tropical Manuel que ha afectado a todo México y de una manera importante al Estado de Guerrero, han dañado la ciudad de Acapulco, sobre todo la parte de Acapulco Diamante». Y precisó que «en la Costa Grande se derrumbaron varios puentes y las parroquias de Coyuca, Espinalillo, San Jeronimo y Tecpan están incomunicadas y no logran recibir ayudas”.
Mons. Garfias, también ha comentado que en la zona de la Costa Grande fue el derrumbe del cerro que sepultó media población de La Pintada, dentro de la Parroquia de Paraíso. “Ha sido una tragedia muy lamentable pues desgraciadamente se quedaron muchas personas debajo de la tierra”.
El obispo ha pedido a la comunidad católica de todo el país que sean solidarios y ayuden a quienes han perdido todo. La iglesia católica, a través de Cáritas, ha establecido una red para acoger a los sin techo y ayudar a las familias.
Los números de la tragedia son impresionantes: más de 115 muertos, aproximadamente 60 desaparecidos, 40,000 turistas varados, inundaciones, deslaves, hambre, desesperación, incertidumbre y aproximadamente 238,000 damnificados, según un primer informe de las autoridades mexicanas, después del trágico evento del 15 de septiembre en el Estado de Guerrero.
Guerrero se encuentra dividido en 7 regiones (Acapulco, Costa Chica, Zona Centro, Costa Grande, Montaña, Zona Norte y Tierra Caliente) todas de alguna manera sufrieron daños por los fenómenos naturales Ingrid y Manuel.