El papa al Cuerpo de la Gendarmería: defended el Vaticano de la mala hierba de las murmuraciones

Homilía de Francisco al Cuerpo de la Gendarmería en ocasión de su patrón

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«Las murmuraciones» son una «lengua prohibida» en el Vaticano, porque es una lengua que genera mal. Lo ha afirmado esta mañana el papa Francisco en la eucaristía que ha celebrado a las 9.00 con el Cuerpo de la Gendarmería Vaticana cerca de la Gruta de Lourdes en los Jardines Vaticanos, en ocasión de su patrón, san Miguel Arcángel.

Francisco ha hablado de nuevo sobre el peligro de las «murmuraciones», que lleva a uno a hablar mal de otro y destruye la unidad. Y del contagio de esta «mala hierba» ninguno es inmune.

«Alguno de vosotros podría decirme: ‘pero, padre, ¿qué tenemos que ver nosotros aquí con el diablo? Nosotros debemos defender la seguridad de este Estado, esta ciudad: que no haya ladrones, que no haya delincuentes, que no vengan los enemigos a tomar la ciudad». Pero, también eso es verdad, pero Napoleón no volverá más ¿eh? Se ha ido. Y no es fácil que venga un ejército aquí a tomar la ciudad. La guerra de hoy, al menos aquí, se hace de otro modo: es la guerra de la oscuridad contra la luz; de la noche contra el día», ha explicado el papa.

A continuación, el santo padre les ha pedido «no solo defender las puertas, las ventanas del Vaticano» – un trabajo necesario e importante – sino defender «como vuestro patrón san Miguel» las puertas del corazón de quien trabaja en Vaticano, donde la tentación «entra» exactamente como en todas partes.

Y ha proseguido Francisco: «pero hay una tentación…pero yo quisiera decirla – la digo así para todos, también para mí, para todos – pero es una tentación que le gusta mucho al diablo: la de contra la unidad, cuando las trampas van precisamente contra la unidad de los que viven y trabajan en el Vaticano. y el diablo intenta crear la guerra interna, una especia de guerra civil y espiritual ¿no? Y es una guerra que no se hace con las armas, que nosotros conocemos: se hace con la lengua».

Para concluir, el papa ha pedido a san Miguel que nos ayude en esta guerra: «nunca hablar mal uno del otro, nunca abrir las orejas a las murmuraciones. Y si oigo a alguno murmurar ¡páralo! ‘Aquí no se puede, da la vuelta a la puerta de Santa Ana, vete fuera y murmura allí!  ¡Aquí no se puede!’…es esto ¿eh? La buena semilla sí: hablar bien uno del otro sí, pero la mala hierba no!»

(Fuente: Radio Vaticana)

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ZENIT Staff

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