En la tarde del Domingo, 29 de septiembre, cuatro jóvenes judíos israelíes de edades comprendidas entre los 17 y 27 años fueron detenidos después de haber dañado por lo menos quince tumbas cristianas evangélicas en el cementerio situado en el Monte Sión, cerca del casco antiguo de Jerusalén, indicó la agencia de noticias FIDES.
Los cuatro detenidos eran estudiantes en una escuela religiosa judía (yeshiva) situada al oeste de la Ciudad Vieja. Al menos dos de ellos – ha dicho el portavoz de la policía israelita Micky Rosenfeld – son activistas de siglas relacionadas con los colonos judíos extremistas de Cisjordania.
Desde el comienzo de 2012, se suceden profanaciones y actos de vandalismo contra monasterios, iglesias, mezquitas y cementerios cristianos y musulmanes cometidos por grupos extremistas cercanos al movimiento de colonos judíos. Muchos de estos actos de intimidación hasta el momento han sido “firmados” con la fórmula “el precio a pagar”.
“Estos actos”, dice a Fides el sacerdote palestino Raed Abusahliah, director general de Caritas Jerusalén “debe ser perseguidos con firmeza, y sus autores llevados ante la justicia, evitando liquidarlos como gestos que pasan sólo como unos excesos irresponsables”.
El padre Raed informa de que algunos de los que frecuentan las escuelas rabínicas a menudo muestran actitudes ofensivas hacia los obispos, religiosas, sacerdotes, religiosos que pasan por la ciudad vieja. “Tan pronto como ven una cruz”, dice el sacerdote, “muchos de ellos comienzan a escupir en el suelo”.