La sede de la nunciatura, emplazada en el barrio central de Malki en la capital siria de Damasco, ha sufrido el impacto de un mortero este martes a las seis y media de la mañana. Lo ha confirmado en rueda de prensa el padre Federico Lombardi, que ha señalado que el proyectil “no ha causado ningún herido, solo daños materiales”. Según las fuentes consultadas por Zenit, el golpe de mortero ha dañado una terraza del edificio. En este lugar el nuncio de su santidad, monseñor Mario Zenari, suele rezar Laudes en esta época del año.
En declaraciones a Radio Vaticano, monseñor Zenari ha señalado que, de haberse producido el ataque media hora después, “imagínese lo que hubiera podido ocurrir”. “Gracias a Dios el misil no ha provocado ningún herido, solo daños materiales en la sede de la nunciatura, y bastante limitados”, ha proseguido. Pero éste no es un hecho aislado, porque “en las últimas semanas en el barrio viejo de Damasco, donde viven los cristianos, han caído con bastante frecuencia misiles de mortero, y algunos de ellos han causado víctimas”. “Desde el inicio del conflicto, han caído en el barrio popular de Jaramana 2.800 morteros, un número increíble. Estamos pues todos en la misma barca, tanto aquí en Damasco como en otras ciudades del país”, ha concluido el nuncio en Siria.