El patriarca latino de Jerusalén, Mons. Fouad Twal, denunció ayer la demolición no autorizada de una residencia en la que vivían 14 personas y que es propiedad de la Iglesia.
Antes de la destrucción de la vivienda, situada en el límite sureste de Jerusalén cerca de la ciudad de Belén, los miembros de las fuerzas de seguridad israelíes procedieron al desalojo, que ocurrió sin previo aviso a tempranas horas de la mañana del día 28 de octubre.
“Este acto es contra la ley, contra la justicia y contra la humanidad, contra cualquier ideología sobre la que se construye la paz, e incrementa la segregación y el odio”, declaró el patriarca a los periodistas en el sitio de la demolición.
«No hay justificación para la demolición», prosiguió Mons. Twal, quien insistió que cuando «la municipalidad y el gobierno israelí realizan demoliciones y desplazan a las personas de sus hogares, estas prácticas incrementan el odio y ponen en peligro el futuro de la paz».
Además, destacó la falta de consideración con los residentes legales de la vivienda. «El señor Salameh Abu Tarbush y su familia fueron tomados por sorpresa por la demolición», señaló. «Su situación es ahora trágica, a campo abierto sin refugio. La Cruz Roja les provee tiendas y asistencia», reconoció.
Estas acciones suelen ser justificadas por las autoridades con la presunta ilegalidad de las construcciones o su incumplimiento de las normas urbanísticas. Sin embargo, Mons. Twal aclaró que «el terreno ha pertenecido al Patriarcado Latino mucho antes de 1967» (fecha en la que se anexaron esos territorios al estado de Israel) y que la Iglesia posee «todos los papeles legales que prueban su propiedad».
Como legítimo propietario, el patriarca anunció que dará a conocer el hecho en la comunidad internacional y que tomará acciones legales para obtener la reconstrucción del lugar. «Tenemos fuerza de voluntad y un espíritu de pertenencia a esta tierra de nuestros ancestros, esta tierra santa que es hogar de nuestro pasado, presente y futuro», aseguró el Patriarca.
Es la primera vez que el estado de Israel realiza la demolición de una propiedad de la Iglesia.
(RED/IV)