«El diálogo interreligioso es el antídoto al relativismo». Lo afirmó el cardenal Jean Louise Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso, durante la presentación del volumen El Diálogo Interreligioso en la enseñanza oficial de la Iglesia Católica (1963-2013), de monseñor Francesco Gioia, el pasado martes en la sala de prensa del Vaticano.
Cuando se conversa con personas de otras religiones, por ejemplo de fe musulmana, lo primero que hay que hacer es «profesar la propia fe», dijo el purpurado a los periodistas. Hacer diálogo interreligioso, añadió, «implica el conocimiento de la propia identidad espiritual».
Tauran indicó una muestra de diálogo interreligioso en el papa emérito Benedicto XVI, cuyo punto más alto en el magisterio en materia fue precisamente el discurso de Ratisbona, que tantas polémicas y malos entendidos suscitó en una parte del mundo musulmán. Sin embargo Ratzinger, a pesar de la ‘mala fama’, es el pontífice que más que ningún otro, tendió una mano al Islam, hasta el punto que, recordó Tauran, fue el único papa en visitar tres mezquitas.
También en términos de intervenciones sobre el diálogo interreligioso – continuó el purpurado francés – se cuentan 188, pronunciados por Benedicto XVI en 8 años, por tanto un número sustancialmente comparable al del beato Juan Pablo II. que habló de diálogo interreligioso 591 veces en 26 años de pontificado.
Otros méritos concretos de Benedicto XVI en este campo fueron la institución de un Forum islamo-cristiano, fruto del encuentro de Ratisbona y la insistencia sobre el «derecho sagrado e inalienable» de la libertad religiosa.
Hablando del pontífice actual, el cardenal Tauran observó que «el papa Francisco, desde el primer día, ha subrayado la importancia del diálogo interreligioso, que será una de las líneas fuertes de su pontificad. Él es el hombre del encuentro, va hacia la gente, no espera que la gente vaya a él…»
En su brevísimo pontificado, Juan Pablo I «se encaminó en el camino trazado por su predecesor ‘llamando a todos a la colaboración para hacer dique, dentro de las naciones, a la violencia ciega y, en la vida internacional, promover la elevación de los pueblos menos favorecidos'».
La ‘cultura del diálogo’ como la entendemos hoy fue desarrollada por Juan Pablo II, a partir de la primer Jornada de Oración de Asís, con todas las religiones del mundo (1986), sin olvidar cuando «en el 2002, después de los dramáticos acontecimientos de Nueva York y Washington del 11 de septiembre de 2001 y sus trágicas consecuencias en Oriente Medio», el papa polaco propuso «un decálogo por la paz a los jefes de Estado y a los Representantes de los Gobiernos de todo el mundo».
Los aspectos más destacables del pontificado de Benedicto XVI en tema de diálogo interreligioso, se concentran en particular al final de estos ochos años, en particular al último discurso de felicitaciones navideñas a la Curia Romana, cuando declaró que «no somos nosotros quienes poseemos la verdad, es ella la que nos posee a nosotros». Ya al inicio de su pontificado el papa Ratzinger afirmó que » la Iglesia quiere seguir construyendo puentes de amistad con los seguidores de todas las religiones, para buscar el verdadero bien de cada persona y de la sociedad entera » (A los delegados de otras religiones, 25 de abril de 2005).
(RED/RL)
Para leer más sobre la presentación del libro en la Sala de Prensa del Vaticano: http://www.zenit.org/es/articles/presentan-libro-sobre-el-dialogo-interreligioso-en-la-ensenanza-oficial-de-la-iglesia