El oriente católico comprometido con el diálogo interreglioso cotidiano

Conclusiones de la sesión plenaria de la Congregación para las Iglesias Orientales

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La Congregación para las Iglesias Orientales ha finalizado hoy la sesión plenaria, en la que durante 4 días de trabajo han podido hacer un balance del desarrollo de las ideas conciliares del oriente católico a 50 años del Concilio Vaticano II.

«El clima de desarrollo de los trabajos ha sido unánimemente apreciado por su armonía y la disponibilidad de escucha sincera de la vida, del trabajo y de las esperanzas de las Iglesias Orientales. Éstas, no están exentas de dificultad, debido al contexto en el que están situadas, con los sufrimientos causados por las guerras, algunos impedimentos a la libertad religiosa y de culto, hasta verdaderas y propias persecuciones de muchos de sus hijos, del fenómeno de la diáspora masiva; pero con muchos ejemplos de acogida y apoyo por parte de obispos latinos, como también de lugares en los cuales el reconocimiento práctico de la misma dignidad y particular identidad que lucha para estabilizarse», se puede leer en el comunicado enviado por el dicasterio.

Asimismo pueden afirmar que «la experiencia de la sinodalidad, tan enraizada en la tradición oriental, ha mostrado su fecundidad como método de trabajo, siempre en esa predisposición positiva al diálogo con el pastor universal, el santo padre».

Se ha apreciado también – continúa el comunicado – la belleza de la eclesiología conciliar y el valor de la diversidad en la unidad, subrayando igualmente que el reconocimiento del origen apostólico no es un simple deseo sentimental y conmovedor, si no una afirmación teológica y jurídica.

Otro de los asuntos tratados ha sido el del fenómeno migratorio que ha hecho que muchos católicos orientales estén presentes en distintos lugares del mundo. Esto representa un reto porque plantea el serio problema de la permanencia de los cristianos en Oriente Medio fuertemente golpeados por la guerra en Irak, la situación de Siria, sin olvidar la cuestión no resuelta entre Israel y Palestina y la dificultad del renacimiento de un Egipto pluralista. Relacionado con esto, se ha estudiado el hecho de que los jefes de las Iglesias patriarcales y arzobispales mayores puedan serlo realmente también fuera de las fronteras consideradas propias y con sus tradiciones y disciplinas.

En el comunicado explican además que junto a la significativa representación de los arzobispos latinos que son también ordinarios para los fieles orientales desprovistos de jerarca, habrá que pensar y desarrollar progresivamente estructuras administrativas y eclesiales propias.

La dimensión ecuménica debe mantenerse siempre en su gran importancia, asumiendo una actitud fecunda de fraternidad auténtica y de reconciliación paciente en presencia de las heridas históricas o recientes, sin penalizar a los que con su existencia atestiguan que se puede estar en comunión con el obispo de Roma, reconociendo el primado, sin renunciar a un modo propio de gobernarse y de vivir el misterio de la liturgia, observa el texto del dicasterio.

Para concluir, la plenaria ha reiterado que el oriente católico está comprometido a que el diálogo interreligioso se viva, ante todo, en la cotidianidad de los países de Oriente Medio, testimoniando la caridad en el campo de la asistencia y de la formación, para el bien de todas aquellas naciones en las cuales los cristianos son ciudadanos ab origine, desde los inicios de la evangelización, antes de otros pueblos y confesiones religiosas.

(RED/RL)

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ZENIT Staff

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