El portavoz Lombardi asegura: 'Benedicto XVI fue un gran comunicador'

En la presentación del libro del vice director de la sala de prensa del Vaticano. El padre Lombardi destaca algunas cualidades poco conocidas del papa

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Benedicto XVI fue un gran comunicador y siempre demostró una extraordinaria concisión y «lucidez mental y espiritual». Lo ha afirmado ayer por la tarde el director de la sala de prensa del Vaticano, padre Federico Lombardi, en la presentación del libro del vice director de la sala de prensa, Angelo Scelso, titulado «La pluma de Pedro» (La penna di Pietro). Sobre la comunicación del papa emérito, el padre Lombardi destacó tres aspectos. En primer lugar, los tres libros que ha escrito sobre Jesús que son una riqueza para la Iglesia.

En segundo lugar la entrevista  «Luz del mundo. El papa, la Iglesia y los signos de los tiempos» que le realizó Peter Seewald; donde se pudo ver su disponibilidad y naturalidad en una conversación sin límites. El tercer aspecto que destaca es la increíble capacidad de formular ordenada, sistemática y sintéticamente un pensamiento en tiempo breve y conciso. En relación a esta capacidad de Benedicto XVI, el padre Lombardi recordó una anécdota sobre un videomensaje que tenían que grabar para una televisión alemana que debía durar tres minutos. Tras explicarle al santo padre cómo debían hacer y decirle que se podía grabar las veces que fuera necesario, Benedicto XVI comenzó a hablar y lo hizo de una forma completamente hilada sin la más mínima interrupción y se detuvo. En ese momento, el padre Lombardi miró el reloj: 2 minutos, 55 segundos.

Retomando el tema de la comunicación en el Vaticano, afirmó que «siempre se puede mejorar la colaboración y la coordinación entre los medios de la Santa Sede» pero es necesario «tener en cuenta que hay una realidad de diálogo, conocimiento, aprecio y colaboración para permitir hacer frente a los desafíos de forma digna». También explicó que la comunicación vaticana es un proceso largo y complejo en el que entran muchos factores. Mencionó además el proceso comunicativo del Vatileaks (fuga de documentos del Vaticano el año pasado) y al respecto afirmó que «vivimos en esta ilusión de la transparencia total» y es importante la «búsqueda de una información cada vez más adecuada y transparente» cultivando también «los criterios justos de privacidad y confidencialidad».

Asimismo observó que en el libro de Scelzo, «por primer vez las instituciones unidas a la comunicación de la Iglesia son leídas en su conjunto, sin decir la última palabra pero suscitando y manifestando la conciencia de que estamos viviendo cambios radicales en la comunicación».

Explicando la cobertura y atención mediática que esta habiendo en este recién estrenado pontificado comentó que «el papa desea una Iglesia no demasiado centralizada» pero «las dinámicas de la comunicación de hoy con un líder tan fuerte tienden a concentrarse en una persona». A propósito de esta idea el padre Federico Lombardi lanzó una pregunta: «¿conseguiremos en la Iglesia del papa Francisco tener una comunicación no demasiado centralizada, sino realmente difundida sobre la Iglesia, participativa, ‘sinodal’, amplia?»

También estaba presente en la presentación monseñor Claudio María Celli, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales que habló de la importancia de Inter Mirifica, documento conciliar sobre comunicación, del que hace unos días se celebraba el 50 aniversario de su publicación. Un documento profético -señaló monseñor Celli – con el que por primera vez un Concilio Ecuménico se interesaba por la comunicación desde un punto de vista misionero. Del mismo modo habló de los mensajes tanto de Juan Pablo II como de Benedicto XVI para las Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales, en las que se puede ver cómo los pontífices son conscientes de esta nueva cultura. Al respecto mencionó un gran desafío que se le presenta a la Iglesia: cómo anunciar el evangelio en este contexto. Por otro lado indicó que «no es necesario anunciar a Jesús a través de intenet sino en internet».

Por su parte, Joaquín Navarro-Valls, portavoz del Vaticano durante el pontificado de Juan Pablo II, recordó como llegó internet al ámbito de la comunicación del Vaticano: surgió en una cena con el papa polaco. Hablando sobre internet con Navarro Valls, el beato Juan Pablo preguntó ‘¿y nosotros estamos allí?’ ‘No’, respondió el portavoz. ‘¿Y de quién depende?’, ‘de usted’, le contestó. Y al día siguiente comenzaron a trabajar sobre ello. «Enseguida entendió la potencialidad que tenía», afirma Navarro.

«La pluma de Pedro. Historia (y crónica) de la comunicación vaticana del Concilio al papa Francisco», es el nuevo libro de Angelo Scelzo, recorre la historia comunicativa del Vaticano, desde Inter Mirifica hasta la actualidad pasando por los grandes eventos del Jubileo y abril de 2005 -muerte de Juan Pablo II y elección de Benedicto XVI-, el Vatileaks y el último cónclave.

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