La Iglesia en Argentina pedirá perdón por los casos de pedofilia, asumirá públicamente su responsabilidad e indemnizará a las víctimas de los abusos cometidos durante años por un sacerdote en la diócesis de San Isidro.

"Las secuelas que deja el abuso sexual en el futuro de los niños y de los jóvenes no se pueden medir. Su vida vincular y afectiva queda lastimada en lo más hondo por la violación de su intimidad. La conducta del que abusa también hiere a todo el cuerpo de Cristo y quiebra la confianza en la comunidad. Este mal causado nos hace experimentar un vivo dolor como miembros de la Iglesia", dice el comunicado que será leído en todas las iglesias de San Isidro el próximo domingo 15.

El obispo local, Mons. Oscar Ojea, llegó a la conclusión de que era necesario pedir perdón públicamente después de una serie de encuentros que mantuvo con los cuatro jóvenes que en 2005 impulsaron la causa penal contra el cura pedófilo. En los encuentros, al prelado de San Isidro le quedó claro que, más allá de asistirlos pastoralmente, era necesario hacer algo por devolverles su dignidad.

Tras un proceso que duró seis años, este sacerdote fue condenado por haber abusado de al menos cuatro niños. Tuvo un juicio abreviado, en el que reconoció su culpabilidad, y actualmente cumple una condena de 14 años.

La decisión de Mons. Ojea, que asumió el cuidado pastoral de la diócesis de San Isidro en 2011, está en sintonía con la reciente petición del papa Francisco a los obispos: "Asistan a las víctimas en el doloroso camino de curación, que conducen con valor". Lo dijo hace dos semanas, al crear una comisión para la protección de los niños contra la pedofilia, a cargo del cardenal O' Malley.

"Nosotros decidimos hacer público este pedido de perdón porque creemos que tendrá un efecto sanador, no sólo para las víctimas, sino para la sociedad. El sacerdote que cometió los abusos era parte de un cuerpo que es la diócesis y nosotros asumimos la responsabilidad como cuerpo, por no haber podido evitar que esos abusos ocurrieran. Como Iglesia, todos somos responsables", ha afirmado el portavoz del obispo, padre Máximo Jurcinovic.

Con respecto al resarcimiento de las víctimas acordado por la justicia civil, el padre Jurcinovic ha indicado que "para nosotros, indemnizar no es sólo un compromiso legal, es también un deseo de esta diócesis”. Porque“queremos ser una Iglesia que se pone del lado de la víctima y no del victimario", ha concluido.

Hasta ahora no ha trascendido la cantidad de las indemnizaciones, pero la diócesis ya ha puesto en venta algunas de sus propiedades para afrontar el pago.

Tras la petición pública de perdón, la semana siguiente la Iglesia en San Isidro organizará una jornada de oración y reflexión sobre lo sucedido, abierta a toda la comunidad. El objetivo es sanar la herida abierta y trabajar para evitar que estos casos vuelvan a ocurrir.

(RED/IV)

Beato Juan Marinoni

«Considerado maestro de los teatinos. Colaborador y compañero del fundador de la Orden, san Cayetano de Thiene, fue un gran apóstol en Nápoles. Pensando en los pobres y desvalidos impulsó una importante red: los Montes de Piedad»